La ciudad de Río de Janeiro vivió la semana pasada la operación policial más sangrienta de su historia en la que 27 supuestos traficantes murieron en manos de la policía en la favela de Jacarezinho. En la operación participaron 200 policías armados que incursionaron en la favela por distintas zonas el pasado jueves cuando empezaba a amanecer. El testimonio de vecinos y familiares de las personas asesinadas relata que los agentes fueron a matar y asesinaron a varios de los supuestos traficantes a sangre fría, cuando estos se encontraban acorralados y sin armas.
La violencia en las favelas de Río de Janeiro es una constante desde la década de los años 80 y en el pasado se han producido operaciones similares a la vivida la pasada semana, que dejaron numerosos muertos, aunque ninguna había llegado a la cifra de 27 asesinados. El asesinato de un policía durante las primeras horas de la operación podría haber provocado una mayor violencia entre el resto de los agentes, que persiguió hasta la muerte a numerosos sospechosos de tráfico de drogas.
La tía de uno de los asesinados mostró a los periodistas de The Guardian un video que le había enviado por WhatsApp su sobrino alrededor de las 7 h en el que el joven muestra las heridas de bala que sufrió después de recibir un disparo. La mujer aseguró que su sobrino había logrado escapar y esconderse en una casa cercana, pero fue asesinado junto a otro joven por la tarde después de intentar rendirse. “Fueron ejecutados. No iban armados. Podrían haberlos capturado vivos”, afirmó la mujer.
“A mi modo de ver las cosas, este tipo de operación solo ocurre en estos territorios porque son mayoritariamente negros, y puedes hacer lo que quieras con un cuerpo negro en este país”, dijo Joel Luiz Costa, abogado local y activista de derechos civiles a The Guardian. El abogado participó en una marcha realizada el viernes por la noche en la que cientos de manifestantes llenaron la calle principal de Jacarezinho para exigir justicia y acusar al presidente brasileño y al gobernador de Río de Janeiro de la desproporcionada operación.