Jeff Sessions se ha caracterizado desde el primer momento en que puso el pie en su puesto en la administración Trump por ser un azote de las drogas y un pesado de campeonato con la marihuana. A Sessions, Fiscal General de los EE UU, se le recuerda por su expresión “la gente buena no toma marihuana” que recuerda al eslogan de la época Reagan “los ganadores no se drogan”.
Por sorpresa (o por presión), Sessions reconoció abiertamente en una sesión del Senado que “tal vez haya algún beneficio en la marihuana medicinal”, y que, por tanto, el cannabis es “perfectamente apropiado para su estudio”. Eso sí, negó que la marihuana tuviera algo que ver con la reducción de muertes en la crisis de los opiáceos.
En esa misma charla, Sessions dijo que el gobierno federal está terminando de gestionar el papeleo para que haya nuevas entidades con licencia que puedan cultivar marihuana de manera legal. Se entiende que esta marihuana sería para investigación.