Exactamente a las cuatro y veinte de la tarde, el último veinte de abril, el presidente de EEUU, Joe Biden, volvió a apoyar la regulación del cannabis. El máximo mandatario publicó en la red social X (ex Twitter) que “enviar a personas a prisión sólo por poseer marihuana ha alterado demasiadas vidas y ha encarcelado a personas por conductas que muchos estados ya no prohíben. Es hora de que corrijamos estos errores”.
En total sintonía, la vicepresidenta, Kamala Harris, también se refirió al apoyo que viene teniendo la actual gestión demócrata para reformar las leyes federales que aún criminalizan el uso de la planta. “Nadie debería tener que ir a la cárcel por fumar marihuana. Debemos continuar cambiando el enfoque de nuestra nación hacia la marihuana mientras reformamos el sistema de justicia para que finalmente haga honor a su nombre".
Si bien el actual presidente Biden prometió durante su campaña electoral que iba a avanzar en una regulación federal del cannabis, en poco más de tres años de gestión poco se ha hecho al respecto. El demócrata solo ha concedido una serie de indultos por penas de posesión menor y ha instado a los diferentes gobernadores para que hagan lo mismo en las cárceles estatales. Sin embargo, en los últimos meses, tanto Biden como Harris, han redoblado sus declaraciones con respecto a la legalización del cannabis. Esto se debe a la carrera electoral que enfrentan los demócratas para las elecciones presidenciales de finales de este año, en las cuales el republicano Donald Trump está posicionado como el favorito para ganar los comicios.
Entre las ambiciones de la Casa Blanca antes de efectuarse las elecciones de noviembre es que el cannabis sea eliminado en la Lista I de estupefacientes prohibidos, lo que generaría que la planta deje de ser considerada una sustancia peligrosa. El pasado sábado, durante los festejos del 4/20, el diputado republicano Earl Bluemenauer dijo que el fin de semana sucedió la “última celebración del 20 de abril con el cannabis en la Lista I”.