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La industria legal de cannabis en EEUU contamina lo mismo que 10 millones de automóviles

Un reciente estudio científico respalda esta afirmación, y agrega que el cultivo al aire libre reduciría las emisiones de gases de efecto invernadero en un 76%.

Frente a la intensificación de la crisis climática por el calentamiento global, muchas personas buscan hacer algo para proteger el planeta. Algunas reciclan sus residuos, elaboran compost, y otras optan por una alimentación libre de agroquímicos. Sin embargo, abandonar el indoor y cultivar cannabis al aire libre emerge como una alternativa para mitigar la contaminación ambiental. Un estudio científico del investigador Evan Mills, del Laboratorio Nacional Lawrence Berkeley (EE.UU.), revela que la industria legal de la marihuana en ese país emite tantos gases de efecto invernadero como diez millones de automóviles. No obstante, esta cifra podría reducirse hasta un 76% con plantaciones bajo la luz del sol.

El estudio de Mills, publicado en la revista One Hearth el mes pasado, también señala que la industria legal del cannabis en EE.UU. representa el 1% de las emisiones de gases de efecto invernadero del país, una de las principales causas del calentamiento global. Aunque esta proporción parezca marginal, EE.UU. es el segundo país más contaminante del mundo, después de China, con seis mil millones de toneladas de dióxido de carbono anuales, según la Organización Meteorológica Mundial.

Emisiones de carbono en la industria del cannabis

Fuente: Evan Mills

“El cannabis se ha convertido en el cultivo de mayor consumo energético y de carbono, al desplazarse de campos abiertos a interiores, abarcando unos 5 millones de metros cuadrados (equivalente a 270 tiendas Walmart promedio) en EE.UU.”, afirma Mills. Esta huella física supera la de la producción de alimentos e industria florícola con iluminación artificial en el país. “El cultivo en interiores también puede tener consecuencias negativas para la calidad del aire interior y exterior, las redes eléctricas, la producción de residuos, el consumo de agua, los costes energéticos, la seguridad de los trabajadores y la justicia ambiental”, añade.

Mills propone una transición hacia prácticas de producción más sostenibles, priorizando el cultivo de cannabis en exterior, al aire libre. Esto podría reducir las emisiones de gases de efecto invernadero hasta un 76%. “Se necesitan iniciativas políticas más específicas para gestionar las emisiones, y el mayor potencial reside en orientar la industria hacia el cultivo a campo abierto”, concluye.

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