La Agencia Española del Medicamento y Productos Sanitarios (AEMPS) ha estimado que durante el 2022 España producirá 6000 kilos de cannabis psicoactivo. Esa es la estimación que ha enviado España a la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE). Se trata de una cantidad diez veces mayor que la estimada para el año pasado, cuando se fijó en 600 kilos.
Según la información publicada por el diario Público, el grueso de la producción autorizada —4000 kilos— estará destinada a la exportación de la planta al extranjero, para que los pacientes de otros países puedan cubrir sus tratamientos con cannabis y sus derivados. Una cuarta parte de la producción estimada (1500 kilos) servirá para la fabricación del Sativex y el Epidiolex, los únicos dos fármacos a base de cannabis cuyo uso está autorizado en España. Y los 500 kilos restantes corresponden a cultivos con fines de investigación autorizados.
Mientras la mayor parte de la producción de cannabis en España se destina a la exportación para programas medicinales en el extranjero, los pacientes españoles continúan sin tener una vía de acceso a cannabis seguro y legal en su país. La ausencia de una regulación obliga a quienes necesitan tratamientos con cannabis a recurrir al mercado negro, exponiendose a sufrir problemas legales y de salud.
Actualmente la AEMPS tiene vigentes 22 licencias para el cultivo de cannabis en el país. De estas, 14 son únicamente con fines de investigación, mientras que las ocho restantes se usan para la producción de cannabis con fines medicinales y científicos. Según la información recogida por Público, dos de estas empresas, Medalchemy y Linneo Health (que funcionan con capital extranjero), acumulan la mayoría de la producción autorizada en España.