Puede parecer mentira, pero el gobierno de los EE.UU está financiando a la Universidad del Estado de Kansas (KSU) para saber si las vacas que se alimentan con cáñamo producen algún tipo de efecto psicoactivo.
Dicho así puede parecer absurdo y, en realidad, un poco sí que lo es. Sin embargo, este proyecto no busca solo averiguar si las vacas dan “leche que coloca” o si comer su carne nos pone un poco en las alturas, sino comprobar los efectos del cáñamo en los animales de granja cuando se alimentan de esta planta. Este estudio, en concreto, se está realizando con las vacas pero pretende que sirva de base para establecer qué tipo de políticas se van a tener en cuenta a la hora de establecer normas de alimentación para los animales de granja.
El estudio también es importante porque se sabe poco sobre los efectos de los cannabinoides en el ganado, ya que por lo general los experimentos se realizan con humanos, ratones o cerdos.
"Nuestro objetivo es llenar las lagunas de conocimiento", dijo Michael Kleinhenz, miembro del equipo de investigación de KSU. "Hasta que los alimentos que contienen cáñamo se establezcan como seguros para los animales, nuestros datos ayudarán a los productores a manejar situaciones que involucren exposiciones intencionales o no intencionales al cáñamo".
Por el momento, se sabe que las vacas absorben con facilidad los posibles efectos del cáñamo pero aún se desconoce qué sucede al pasar algún producto de la vaca al humano.
"No creemos que el grado de absorción sea suficiente para que nos preocupemos por una posible intoxicación después del consumo de carne y leche", dijo Hans Coetzee de la KSU. "Si podemos demostrar que eso no es de importancia para el consumidor, creemos que eliminaría uno de los principales impedimentos para la producción generalizada de cáñamo en todo el mundo".
Veremos en qué queda todo esto. Si tuviéramos que apostar, diríamos que los resultados van a ser que no producen ningún efecto. Pero para eso está la ciencia: para saber por qué sabemos las cosas.