Investigadores de las universidades estatales de Bowling Green (Ohio) e Illinois analizaron datos de seguros privados entre 2010 y 2019 para evaluar el impacto de la legalización del cannabis en el uso de medicamentos recetados por personas adultas en edad laboral. El análisis se centró en las diferencias entre mercados de seguros para grupos pequeños (menos de 50 empleados) y grupos grandes.
El estudio encontró que, tras la aprobación de leyes que permiten el uso recreativo del cannabis, las reclamaciones netas de medicamentos en seguros de grupos pequeños disminuyeron aproximadamente un 6%. Esta caída corresponde a una reducción anual de entre 34 y 42 dólares por persona afiliada. El efecto se intensifica con el tiempo y adquiere relevancia estadística a partir del segundo año de implementación legal.
En contraste, no se registraron reducciones comparables en las reclamaciones dentro de los seguros para grupos grandes. Los autores sugieren que esto podría deberse a que las grandes empresas, por lo general, imponen pruebas de detección de cannabis, lo que limita el uso libre de esta planta incluso en estados donde es legal.
Los investigadores concluyeron que el cannabis podría estar cumpliendo un rol sustituto frente a ciertos medicamentos recetados. Esto no solo implica un cambio en las estrategias individuales de cuidado de la salud, sino también un potencial alivio económico para los sistemas privados de aseguramiento.
El hallazgo se alinea con otras investigaciones previas que asocian la legalización del cannabis con menores costos en sistemas de salud como Medicaid y una reducción general de primas médicas. Paul Armentano, subdirector de la organización NORML, destacó que "el cannabis ha demostrado eficacia en el tratamiento de afecciones como el dolor crónico y posee un perfil de seguridad comparable o superior al de muchos fármacos, incluidos los opioides".
Los resultados del estudio contribuyen con evidencia concreta de que la legalización del cannabis recreativo puede tener efectos económicos positivos en el sistema de salud, al reducir el uso de medicamentos costosos. Investigaciones como esta refuerzan el argumento de que la regulación del cannabis no solo tiene implicancias sociales y legales, sino también repercusiones directas en la sostenibilidad de los sistemas de aseguramiento médico.