Los médicos en el Reino Unido ya pueden recetar fármacos compuestos con derivados de la marihuana a los pacientes que lo necesiten. La fecha de entrada en vigor fue el 1 de noviembre, anunció el secretario de Interior, Sajid Javid.
Javid había decidido relajar las exigencias sobre las circunstancias en las que se puedan prescribir productos de cannabis a los pacientes, después de tener en consideración el asesoramiento de un grupo de expertos a los que se les encargó investigar el caso. Las nuevas regulaciones se aplican a Inglaterra, Gales y Escocia, y han venido motivadas, en gran parte, por los casos de Alfie Dingley y Billy Caldwell, dos jóvenes con epilepsia refractaria que se han convertido, por distintos motivos, en emblemas de la lucha a favor de la regulación de los usos medicinales de la marihuana. La madre de Alfie, Hannah Deacon, fue una de las muchas personas que hicieron campaña para apoyar el movimiento: “Hoy es un día trascendental –dijo Hannah– para todos los pacientes y familiares con un niño que sufre y desea acceder al cannabis medicinal. Instamos al mundo médico a apoyar estas reformas para que puedan ayudar a las decenas de miles de personas que lo necesitan, con urgencia”. Los trabajos de asesoría científica los encabezó la asesora médica en jefe Dame Sally Davies, quien concluyó que existe evidencia de que el cannabis medicinal tiene beneficios terapéuticos. El Consejo Asesor sobre el Uso Indebido de Drogas (ACMD, por sus siglas en inglés), que llevó a cabo la segunda parte de la investigación, concluyó que los médicos deberían poder recetar cannabis medicinal siempre que los productos cumplan con las normas de seguridad.