La imagen habitual que se tiene de un marihuanero es la del tirado en el sofá, atontado, que olvida qué es lo que estaba haciendo y sobre todo, perezoso.
No deja de ser un lugar común de la cultura cannabica que, en cierta medida, se corresponde con la realidad en tanto que algunos de los efectos de la marihuana pueden conducir a esto, al igual que el exceso de cafeína te lleva a un estado de ansiedad y actividad mayor que el habitual. Pero, si seguimos con la analogía con el café, hay personas que pueden estar todo el día tomando café sin notar sus efectos.
Por este motivo responder con un "sí" o un "no" es demasiado fácil.
No hace mucho, un artículo científico venía a dar la razón a los que piensan que el marihuana es un potente desmotivador. Las ratas que consumían THC se volvían más perezosas que las que no. Por ejemplo, las no tomaban THC estaban “dispuestas” a esforzarse más por el premio grande.
Sin embargo, no parece que esto sea así en los humanos, al menos en todos los humanos, o por lo menos habría que explicar por qué hay gente que utiliza el THC mientras realiza perfectamente actividades que requieren complejos manejos de coordinación cognitiva como sucede en los videojuegos. Snoop Dogg no sería tan buen jugador de Call Of Duty siguiendo la lógica del perezoso (aunque tampoco sea el mejor). Además, está el caso del que el THC le sirve para llevar a acabo una forma de vida “sana” llena de ejercicio físico.
Muchos de los lectores de Cáñamo podrán pensar que todo trata sobre cuál es la cepa adecuada de consumo: hay unas que ayudan al relax mientras que otras producen el efecto contrario. También podrían pensar que la forma de metabolizar el THC varía según la persona que lo tome. En ambos casos, según lo que sabemos al respecto, el lector estaría en lo cierto. Por eso la respuesta de sí o no a si nos lleva a la pereza está menos clara de lo que parece.
Pero hay algo más. Lo estudios que se han realizado al respecto tiene cierto sesgo que resulta un tanto cuestionable. Por ejemplo, uno de estos estudios concluía que las personas tomaban THC estaban menos dispuestas a trabajar por dinero –haciendo un símil con las ratas y el premio gordo, lo cual es bastante cuestionable. Es cierto que la sociedades del mal llamado Primer mundo se sostienen en la idea de que uno debe esforzarse para ganar dinero y que este es el fin de todas las cosas. Pero eso no significa, como parece sugerir, que la marihuana es el fin del Capitalismo. Son placeres diferentes.
En MerriJane se critica también que el número de casos de estudio es pequeño. Esto no es del todo correcto, se puede realizar un estudio perfectamente válido con un número reducido de personas. Lo importante no es que ese estudio pueda estar mal porque sean pocos (que haya muchos tampoco garantiza el éxito, nos llevaría muy lejos explicar por qué es así, pero es un prejuicio que se conoce como “ley de los grandes números”) si no que el diseño del experimento no pueda ser replicado y validado por otro grupo de experimentación. Otra cuestión que se critica es que tampoco sabemos bien cuáles eran las condiciones de los sujetos de estudio. En esto tienen algo más de razón, pero que en el informe no se especifique cómo fueron elegidos podemos dar fe que un estudio bona fide suele elegir con cuidado a sus sujetos. Los problemas en estos experimentos suelen ser más de tipo metodológico o conceptual.
Más interesante es lo que se comenta al final del artículo: ¿quién dice que la pereza sea un síntoma de algo negativo? Tal vez lo más inteligente y económico en términos cognitivos sea la pereza y no la constante alerta. De hecho, las drogas oficiales, permitidas o no, con las que los gobiernos tratan a ciertos pacientes van en esa dirección. El uso de metanfetamina en los pilotos de combate no es para hacerlos más perezosos, sino justo lo contrario. Si temes que el capitalismo caiga por culpa de que la marihuana crea individuos perezosos solo puedes contraatacar con un capitalismo de mantenerte alerta las 24 horas del día.
Así que si os preguntan si la mota da pereza contestadles, “me da igual, pero es mucho más inteligente.”