2021 será el año en el que empezará la transición en el uso de fármacos para la salud mental, desde los fármacos inhibidores de la recaptación de la serotonina (los llamados antidepresivos tradicionales) hacia el uso de compuestos psicodélicos tales como la psilocibina, la MDMA o la LSD. Esta es la opinión del investigador y director del Centro Investigación Psicodélica del Imperial College London, Robin Carhart-Harris, publicada en un artículo en Wired la semana pasada.
“A medida que las patentes de muchos antidepresivos convencionales comiencen a expirar, y al tiempo que la opinión pública y de los reguladores está cambiando sobre los psicodélicos, 2021 será el momento en que la terapia psicodélica revele las limitaciones de los tratamientos actuales de atención de salud mental y destaque como una alternativa audaz”, dice en el artículo.
El investigador recuerda que estos compuestos han mostrado un enorme potencial como tratamientos para la salud mental en la última década, que ya habían sido intuidos antes de la prohibición durante la Convención Única de Psicotrópicos de 1971. Carhart-Harris hace un repaso a las grandes inversiones realizadas en las investigaciones con MDMA y psilocibina, durante los últimos dos años, haciendo referencia al creciente interés empresarial y farmacéutico en estos compuestos.
En su artículo el científico aprovecha para anuncia el lanzamiento de una nueva app desarrollada por el centro de investigación del Imperial, dirigida a las personas que usan psicodélicos y centrada en la reducción de daños, llamada MyDelica. “Estamos lanzando esta aplicación no solo por las preocupaciones sobre el aumento del uso indebido de psicodélicos, sino también por la necesidad de establecer pautas para su uso seguro y para ayudar con la investigación en curso. Sin estos, es posible que los psicodélicos ya no muestren la misma seguridad y eficacia a la que nos hemos acostumbrado a ver en la investigación controlada”, asegura.