Días atrás, sucedió un hecho inédito en EEUU. La Administración para el Control de Drogas (DEA), le propuso a la Casa Blanca reclasificar el cannabis de la Lista I de Estupefacientes. Esto implicaría que la planta dejaría de ser considerada una droga peligrosa, como a día de hoy siguen caracterizadas la heroína o la cocaína, por ejemplo, y pasaría a ser vista como una sustancia con potencial medicinal. Sin embargo, horas después del anuncio, uno de los grupos más grandes que se opone a la legalización empezó a recaudar fondos para que la marihuana se mantenga en el oscurantismo de la prohibición.
“SAM se opondrá a este cambio en todos los niveles, incluyendo, si es necesario, emprender acciones legales”, compartió la organización Smart Approaches to Marijuana (SAM), mediante un comunicado donde también solicita el aporte de fondos económicos para sostener su cruzada contra el cannabis. Según el enlace que comparte SAM, se buscan donaciones mensuales, únicas o recurrentes que oscilan entre los 250 y cinco mil dólares. "Nuestro nuevo Fondo de Defensa Legal de Reprogramación se utilizará para apoyar nuestros desafíos a las leyes y regulaciones sobre la marihuana, específicamente la recomendación del Anexo III de la marihuana", se lee en la página de donación.
Además, la organización amenazó con emprender acciones legales si es que la Casa Blanca recoge la propuesta de la DEA en reclasificar el cannabis. De todos modos, se esperaba la reacción de los grupos conservadores con respecto a la regulación del cannabis, a partir de las repetidas declaraciones y acciones del presidente Joe Biden. Pero su incidencia en la política es cada vez menor, por lo que no se estima que sean una oposición que genere inconvenientes en la iniciativa de dejar de considerar al cannabis una sustancia peligrosa. Existen cientos de estudios científicos que demuestran que la planta es eficaz para tratar una gran cantidad de enfermedades.