La depresión es una de las enfermedades mentales más comunes en el planeta. Según la Organización Mundial de la Salud, actualmente hay alrededor de 280 millones de personas que padecen esta condición de salud. Si bien la medicina tradicional ha elaborado fármacos para tratar la patología, hace años que la ciencia explora otras alternativas que no produzcan efectos secundarios. Por eso, investigadores de la Universidad Imperial de Londres probaron los efectos de la psilocibina, el compuesto activo de los hongos mágicos, y los compararon con el fármaco escitalopram, uno de los antidepresivos más recetados. Si bien los resultados del estudio sugieren que ambos tratamientos son efectivos, la psilocibina tendría ventajas a largo plazo sobre las funciones psicológicas y las relaciones sociales.
El estudio, publicado en la revista científica The Lancet y presentado durante el último congreso del Colegio Europeo de Neuropsicofarmacología, en Milán, se trató de un ensayo clínico en el que participaron un total de 59 personas que padecen depresión moderada a severa. Los pacientes fueron divididos en dos grupos: 29 fueron tratados con una dosis diaria de escitalopram y a unos 30 les proporcionaron una única vez psilocibina, durante seis meses en los que también tuvieron acompañamiento psicológico. Al finalizar el semestre, los resultados indicaron que ambas opciones habían logrado reducir significativamente los síntomas depresivos. Pero los que tomaron psilocibina mostraron otras mejoras como el bienestar psicosocial, la capacidad de experimentar más sentido de conexión psicológica y una mayor percepción de la importancia de sus vidas.
El escitalopram es un inhibidor selectivo de la recaptación de la serotonina. Este tipo de fármacos reducen el deseo sexual y producen somnolencia, dos efectos secundarios que perjudican la interacción social de las personas que padecen depresión. Ahora, la psilocibina ha demostrado ser una sustancia con mayor eficacia para tratar una de las enfermedades mentales más comunes en el mundo.