Entre el abundante uso que hace la medicina tradicional china de las plantas que ofrece la naturaleza, también se encuentran los usos con marihuana.
China, que posee actualmente cerca del 50% de las patentes de hierba existentes y que probablemente (no constan datos oficiales, al menos en Occidente) sea de largo el mayor productor de cannabis para uso industrial del mundo, y además está incrementando su investigación medicinal, usa las semillas del cannabis para luchar contra el estreñimiento.
La compañía con sede en Hong Kong HK Kakoo International Group, ofrece en las tiendas chinas especializadas una infusión que incluye té verde, nuez moscada, semillas de albaricoque y las mencionadas semillas de cannabis. Este cóctel natural se ofrece para “todo tipo de estreñimiento, expulsar el calor del cuerpo y eliminar patógenos, disipar y eliminar el estancamiento de alimentos, ajustar el entorno interno y proteger la mucosa gástrica”. Ahí es nada.
El cannabis se usa en China para la elaboración de textiles y medicamentos al menos desde hace 5.000 años, probablemente desde bastante antes. Actualmente, su uso tanto en la formulación de fármacos, como evidentemente recreativo, están prohibidos, y acarrean penas muy estrictas, incluida la pena capital para casos de narcotráfico.
Aunque el uso en la medicina tradicional está prohibido, Shi Hongliu, investigador de la farmacéutica Xiangsue, situada en Guangzhou, advierte de que estas mezclas infusionadas no están consideradas como ilegales: “Primero, el té no pertenece a la categoría de medicina tradicional china. Segundo, los efectos secundarios de los medicamentos están relacionados con sus dosis. Lo mismo pasa con el té”.