Empezaron a trabajar a finales del año pasado en temas de enseñanza y universidades y ya desde febrero de este año la comisión inició las labores de investigación y escucha a organizaciones civiles y ciudadanos relacionados con la agricultora del norte del país, en donde se lleva a cabo una de las mayores producciones de cannabis del mundo, en especial de hachís.
Según publicó Yabiladi, algunos de los agricultores de la región –que principalmente se dedican al cannabis– mostraron interés en cultivos alternativos que sirvan de sustento a sus economías, mientras que a otros les costaba imaginar otro cultivo o economía diferente al cannabis, en especial en las tierras colectivas que no han albergado otra cosa en mucho tiempo.
Los agricultores locales consultados por el CSMD han vuelto a poner sobre la mesa el debate de la regulación del cannabis, que no es nuevo en Marruecos. En 2008 se fundó el Colectivo Marroquí para el Uso Terapéutico e Industrial del Kif, quienes publicaron un documento que pedía un debate sobre la dirección del consumo de cannabis. En 2010 la administración del país elaboró un estudio sobre este tema, “con miras a legalizar el cultivo de cáñamo de fibra en Marruecos”, según la introducción del documento obtenido por Yabiladi. Ahora los agricultores exigen que las autoridades avancen más rápido en su proceso de legalización, y que abandonen la represión sobre los cultivadores.