Los resultados de la encuesta muestran un apoyo creciente hacia la integración de espacios de consumo de cannabis en entornos turísticos, especialmente en casinos y resorts. Más de dos tercios de quienes respondieron manifestaron estar a favor de crear zonas designadas para el consumo, lo que evidencia un cambio cultural en torno a la regulación cannábica y su relación con la industria del juego.
Actualmente, la ley estatal de Nevada impide que negocios cannábicos operen a menos 500 metros de un establecimiento de juegos de azar. Esta línea divisoria, que prohíbe incluso la superposición de licencias, comienza a ser cuestionada por sectores económicos interesados en actualizar el marco normativo a la realidad del consumo y el turismo contemporáneo.
La encuesta también arrojó datos significativos sobre los hábitos de consumo de cannabis: 58% de las personas consultadas dijo consumir cannabis al menos ocasionalmente y un 36% lo hace con regularidad. Las razones más comunes son la relajación (65%), la mejora de experiencias recreativas (52%), la socialización (44%) y el 71% considera que el cannabis es más seguro que el alcohol.
En cuanto a la posible influencia del cannabis sobre las actividades de juego, casi el 60% dijo que su consumo no modificaría sus hábitos de apuesta. Solo el 20% consideró que podría jugar más si se encuentra bajo los efectos del cannabis y una proporción similar indicó lo contrario. Estas cifras refutan la idea de que el consumo cannábico necesariamente altera el comportamiento en entornos de juego, una de las principales objeciones regulatorias hasta ahora.
Según Riana Durrett, directora del Instituto de Políticas Cannábicas de la UNLV, la motivación del estudio fue explorar una percepción extendida pero poco sustentada de que el cannabis desincentiva el juego. "No encontramos evidencia empírica que respalde esa suposición, y por eso creímos importante investigar directamente cómo se sienten las personas al respecto", afirmó para el medio especializado Marijuana Herald.
El estudio servirá como insumo para el informe exigido por la Asamblea Legislativa de Nevada y que deberá ser elaborado por la Junta de Control de Juegos y la Junta de Cumplimiento de Cannabis. En él se deberá evaluar el impacto y las posibilidades de una regulación conjunta o complementaria entre las dos industrias.