El pasado viernes, las puertas de la venta real de marihuana para uso recreativo se abrieron en Maine (EE.UU). Hace cuatro años que la marihuana se legalizó en el estado por votación popular. Sucedió en el 2016, en las mismas elecciones que ganó Trump, cuando el coronavirus era algo que no teníamos por qué saber que existía y se decía que íbamos de recuperación económica. Parece que han pasado mil años. Algo así deben pensar los habitantes de Maine: cuatro años para garantizar que se puede vender cannabis.
Después de dos años de reescrituras legislativas y múltiples vetos por parte del gobernador Paul LePage, la legalización de la marihuana finalmente se convirtió en ley a finales de 2018. Parece ser que se iba a empezar a vender en marzo de 2020 (menudo mes para el mundo) pero múltiples retrasos y la falta de test para garantizar la seguridad del producto pusieron de nuevo en cola la venta de maría.
“Mucha gente ha estado esperando", dice la gerente minorista Margaret D’Amour del dispensario recreativo de South Portland SeaWeed Co. "Tenemos mucha gente lista para venir y comprar".
Pues ya se acabó la espera: se puede comprar. ¿No os da envidia? De momento los habitantes de Maine solo van a poder encontrar ocho tiendas que sirvan a todo el estado. ¿Habrá problemas de abastecimiento? No lo dudéis, seguro que sí.
Según la ley de Maine, los adultos de 21 años o más ahora pueden comprar hasta 2,5 onzas de marihuana, productos de marihuana y concentrados de cannabis, incluidos no más de 5 gramos de concentrados de cannabis.