Cuando Moisés dictó los diez mandamientos que forman parte de los textos sagrados de la religión cristiana y judía podría haber estado bajo los efectos de una combinación de plantas psicoactivas similares a las usadas en las ceremonias de ayahuasca. Esta es la teoría de Benny Shanon, profesor de psicología cognitiva en la Universidad Hebrea de Jerusalén, que fue publicada hace unos años en la revista de filosofía Time and Mind.
En su artículo, Shanon argumenta que las bebidas preparadas con la corteza del árbol de acacia, una planta frecuentemente mencionada en el Antiguo Testamento, contienen las mismas moléculas que utilizadas en la selva amazónica para la elaboración de la ayahuasca. Para el investigador podría haber un paralelismo entre la experiencia alucinatoria y espiritual que provoca la ayahuasca y el uso de sustancias similares en la época del relato bíblico, que podrían ser las desencadenantes de algunas historias del profeta Moisés.
“El trueno, el relámpago y el estruendo de una trompeta que el Libro del Éxodo dice que emanó del Monte Sinaí podría haber sido simplemente la imaginación de un pueblo en un estado alterado de conciencia”, dice el artículo de Shanon. “En las formas avanzadas de embriaguez con ayahuasca, ver la luz va acompañado de profundos sentimientos religiosos y espirituales”.
Algunas drogas psicodélicas formaban parte integral de los ritos religiosos de los israelitas en los tiempos bíblicos, una teoría que apoya la hipótesis del investigador. “En lo que respecta a Moisés en el Monte Sinaí, o fue un evento cósmico sobrenatural, que no creo, o una leyenda, que tampoco creo. O finalmente, y esto es muy probable, un evento que unió a Moisés y al pueblo de Israel bajo el efecto de los narcóticos”, dijo el investigador en la radio pública israelí, según las declaraciones recogidas por The Guardian.