Uno de los laboratorios más relevantes de California, SC Labs, pasó dos meses de este verano probando 118 papeles de liar, conos, envoltorios y papeles de liar de celulosa comprados en Amazon y en varias tiendas de tabaco en Santa Cruz. Casi uno de cada diez papeles de fumar (13 en total) no cumplió con los estrictos estándares de California para la pureza de los productos de cannabis: incluidos 8 de los 20 tipos de envoltorios para blunt probados por SC Labs y 3 papeles de fumar basados en celulosa. Aunque las estadísticas podrían ser mucho mejores, también es cierto que el resto de papeles pasaron el corte.
Parece ser que los materiales a los que se les añadió algún tipo de sabor son los más sospechosos de contener algún tipo de problema legal o para la salud. Es el caso del papel para hacerte un blunt de King Palm Berry Terps, que tiene 7 veces más de lo permitido de Cipermetrina, un tipo de pesticida. Peor aún es el caso de aLeda Cellulose Rolling Paper King Size que supera en 120 veces el límite legal de plomo que impone el estado de California.
“Los metales pesados parecen ser un problema más grande que los pesticidas… los papeles de celulosa eran los más sucios” de los papeles de fumar que probaron, según comenta Josh Wurzer, autor del estudio. Sin embargo, también comenta que las muestras de papel de celulosa fueron escasas y que es necesaria una muestra mayor para llegar a conclusiones más ajustadas.
Los papeles para fumar se hacen de plantas, básicamente. Este es el motivo de que hayan absorbido este tipo de metales pesados del entorno, es lo que suelen hacer las plantas. Por otra parte, también están expuestos a pesticidas por lo que tampoco es de extrañar que las empresas que se dedican a esto deben tener cuidado con los productos que usan para regar la materia prima.
Esto comienza ya a ser un problema serio porque los cigarrillos pre-enrollados son el nuevo boom del mercado de la marihuana. Desde 2018 se produjeron varias operaciones para impedir que pre-enrollados contaminados hubieran llegado hasta los estantes de los dispensarios.
Desde que comenzaron las ventas legales el 1 de enero de 2018 en California, los controles de calidad han interceptado casi 7.229 lotes considerados inseguros según los estándares del estado. De 137.922 lotes analizados, 2.185 fallaron en pesticidas y 811 en metales pesados. Los umbrales de seguridad se establecen muy bajos porque la exposición a metales pesados y pesticidas conlleva riesgos conocidos. Los riesgos desconocidos de quemar e inhalar contaminantes aumentan la preocupación de los reguladores, como no podía ser de otra manera.
Una de las cosas buenas de la legalización es que se pueden hacer este tipo de cosas: aumentar la seguridad para el consumidor.