Marruecos ha sido históricamente el principal productor clandestino de cannabis a nivel mundial. Según estimaciones de Naciones Unidas, en el país se cultivan alrededor de 50.000 hectáreas, concentradas principalmente en la región montañosa del Rif. Sin embargo, en los últimos años, Marruecos ha iniciado un proceso de regulación de la industria del cannabis, otorgando licencias a pequeños agricultores de esta zona. Como resultado, el país se perfila ahora como un actor clave en el mercado internacional de la marihuana. La última novedad es que, por primera vez, Marruecos ha exportado resina de cannabis con destino a Suiza.
El primer envío legal de cannabis marroquí a Suiza tuvo lugar el 19 de febrero, como parte de un acuerdo comercial entre la empresa suiza Medropharm AG y un productor marroquí, cuyo nombre aún no ha sido revelado. La operación contó con el respaldo de la Embajada de Suiza en Rabat, lo que subraya la importancia del comercio regulado de cannabis entre ambos países.
“Por primera vez, un producto que históricamente ha estado vinculado a la economía informal ingresa oficialmente al mercado farmacéutico internacional. Marruecos tiene una profunda conexión con la planta de cannabis. La transición de un mercado no regulado a una industria farmacéutica controlada es un enorme paso adelante, tanto económica como socialmente”, señaló Claudia Zieres-Nauth, CEO de Medropharm AG, en un comunicado en el que destacó este avance comercial.
Desde la regulación del cultivo de cannabis en el Rif, Marruecos aspira a consolidarse como uno de los principales proveedores de derivados de la planta. El gobierno estima que las exportaciones de cannabis medicinal podrían generar entre 4.000 y 6.000 millones de dólares anuales para 2028, lo que supondría una mejora significativa en la economía de los pequeños agricultores de la región montañosa. Según el Ministerio del Interior, un agricultor que se acoge al cultivo legalizado puede aumentar sus ingresos en un 40 % en comparación con el cultivo clandestino.