En Puerto Rico, el Proyecto del Senado 108, aprobado ya por la cámara alta y en evaluación por la Comisión de Asuntos del Consumidor de la Cámara de Representantes, busca establecer un marco legal para la preparación, distribución y venta de productos derivados del kratom (Mitragyna speciosa). La propuesta responde a la preocupación creciente por la ausencia de controles que garanticen la pureza y seguridad de los productos en circulación, algunos de los cuales podrían estar adulterados con alcaloides sintéticos o sustancias peligrosas no declaradas.
El texto legislativo prohíbe la venta de productos adulterados o que contengan más del 2% de 7-hidroximitraginina, uno de los principales compuestos psicoactivos de la planta. También se establece una restricción de edad para el consumo: solo mayores de 21 años podrán adquirir kratom legalmente en la isla.
Con respecto a las sanciones, se incluyen multas administrativas y, en caso de reincidencia o venta a menores, sanciones de carácter penal. La implementación y fiscalización recaerá sobre el Departamento de Salud, que tendrá 180 días para emitir el reglamento correspondiente.
En el caso de Rhode Island, el proyecto de ley H5565A fue aprobado por segunda vez por la Cámara de Representantes, con 40 votos a favor y 23 en contra. La iniciativa, liderada por el representante Brian Patrick Kennedy, busca sacar a Rhode Island de la lista de los seis estados que prohíben totalmente la venta de kratom. Como en Puerto Rico, el objetivo es establecer un marco regulatorio que permita su comercialización legal bajo normas de calidad, trazabilidad y fiscalización tributaria.
El nuevo texto, denominado The Rhode Island Kratom Act, incluye disposiciones sobre licencias y control fiscal a través del Departamento de Ingresos. Esto representa una diferencia clave respecto al intento anterior, vetado por el gobernador Dan McKee en 2024 por consideraciones regulatorias y objeciones del Departamento de Salud. Aunque el proyecto de este año incluye ajustes, aún es incierto si el gobernador volverá a bloquear la medida.
El debate legislativo en ambos territorios deja entrever tensiones comunes, como la de regular el kratom desde una perspectiva de salud pública, sin recurrir a su criminalización. En ambos casos, el desafío es doble, estableciendo controles que minimicen riesgos sin anular las posibles aplicaciones beneficiosas de esta planta tradicional del sudeste asiático.