El kratom, una planta psicoactiva de uso tradicional originaria del sudeste asiático, es el objetivo de un grupo de legisladores de República Checa, que trabajan desde hace meses para presentar un proyecto de regulación en el país. Como ocurre en la mayoría de países, República Checa no tiene una regulación sobre el kratom, y la planta y sus extractos pueden comprarse libremente para coleccionismo, sin restricciones de edad ni controles de calidad.
El proyecto será llevado al parlamento por el partido político Partido Pirata Checo, quien ha estado trabajando en la propuesta con el apoyo de la Alianza Europea de Kratom y la Asociación Checo-Eslovaca de Kratom. El objetivo de estos grupos es dotar de un control legal a las actividades de cultivo, producción y venta de kratom, introduciendo restricciones de edad para su compra y definiendo los procedimientos para su fabricación, todo con el fin de evitar la venta de productos contaminados, adulterados o falsificados.
El kratom tiene efectos psicoactivos estimulantes en dosis bajas y analgésicos en dosis más altas, y se ha usado de forma tradicional en países como Tailandia, en donde se despenalizó su uso y posesión en 2021. Un informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS) publicado más tarde ese mismo año recomendó que no se prohíba el kratom, puesto que no hay pruebas suficientes para recomendar ni la fiscalización de la planta ni la de sus principios activos.
“El kratom en Chequia no está regulado, como en muchos países europeos. Tampoco está prohibido. Esto pone al kratom en una zona gris. En tal situación, los usuarios no pueden estar informados sobre los riesgos y beneficios potenciales. Y lo que es peor, no existe una regulación del control de calidad del producto, lo que por sí solo puede suponer un riesgo muy importante. La nueva regulación brinda una gran protección a los consumidores y asegura que los menores no puedan comprarlo”, dijo Jakub Zientala, representante de la Alianza Europea de Kratom, al medio TalkingDrug.