Pese a que los negocios legales del cannabis, como casi todos los negocios de la tierra, estén encabezados por hombres, las mujeres que se dedican al negocio del cannabis son cada vez más.

Se les llama puffragistas por ser las sufragistas del canuto. Mujeres que han querido ampliar sus derechos tanto como consumidoras de cannabis como productoras, distribuidoras y vendedoras de marihuana. Lo que les ha consolidado como una fuerza considerable dentro de la industria han sido las redes de sororidad que han mantenido e impulsado las iniciativas individuales.

Que la marihuana se haya convertido en mainstream en muchos lugares, sobre todo los EE.UU. ha ayudado a que muchas mujeres traten de hacerse un hueco en el negocio. No es fácil: según una encuesta de Marijuana Business Daily de los 567 seniors executives, fundadores de empresas o los que tienen acciones de una compañía las mujeres cayeron del 36% de 2015 al 27% de 2017. No hace falta decir que el porcentaje que resta son hombres blancos. (Problema aparte: incluso dentro de las mujeres del negocio el color blanco sigue siendo el dominante).

Recientemente se estrenó Mary Jane: The Women of Weed, un documental que se centraba en las vidas de varias cannaempresarias. En este documental, entre otras cosas, se anima a la diversidad en el empresariado del cannabis aunque solo sea por supervivencia del medio. Es decir, las mujeres traen diferentes ideas a cómo se debe gestionar el mercado o qué productos pueden necesitar otros sectores a los que tradicionalmente no se les ha hecho caso.

Por nuestra parte, en Revista Cáñamo publicamos este reportaje sobre cómo las mujeres están trabajando dentro de la cultura cannábica por si os interesa el tema.

Salud y buenos humos, compañeras.