Para el neófito, producir live resin suena a ciencia ficción debido a que para realizar la extracción el cannabis recién cosechado se congela a una temperatura subcrítica antes y durante todo el proceso de extracción, omitiendo las fases de secado y curado. La clave de fantasía está en “temperatura subcrítica”.
Lo que se pretende evitar saltándose las etapas de secado y curado es que se estropeen los terpenos. Sabemos que durante estas dos fases los terpenos sufren mucho y, por lo general, acaban perdiéndose la mayor parte de ellos. Al congelar a la planta en cuanto se está cosechando se previene, técnicamente, la pérdida de los sabrosos terpenos alojados en los tricomas.
La diferencia fundamental entre live resin y otros extractos BHO es la gran cantidad de terpenos que salvas en el proceso y que se disfrutan durante el dabbing. Siguiendo la misma lógica, las distintas live resin se diferencian entre sí en el tipo de terpeno dominante.
La live resin suele tener un color dorado o amarillo oscuro, más vivo y pegajoso que el que uno puede encontrar en los extractos BHO. Parece algo entremedias de una salsa y la cera. Debido a que es muy pegajosa se necesitan herramientas para no destrozarla. Lo ideal es usar los mismos útiles que se usan para el dabbing porque, aunque hay otras maneras de consumir este extracto, es el dabbeo el más habitual.