La controversia en torno a Cancard, un esquema de identificación para usuarios de cannabis medicinal en el Reino Unido, ha escalado después de que la asociación PatientsCann UK presentara denuncias formales ante cuerpos policiales en Escocia, Inglaterra, Gales e Irlanda del Norte. Según la organización, Cancard estaría generando una "confusión peligrosa" entre pacientes al sugerir una protección legal que en realidad no existe.
Cancard, que cuesta alrededor de £30, ofrece una tarjeta identificativa a pacientes que consumen cannabis con fines terapéuticos, pero que no pueden acceder a recetas médicas. Actualmente cuenta con unas 30.000 afiliados y si bien la tarjeta busca fomentar la discrecionalidad policial cuando los portadores son encontrados en posesión de cannabis, la tarjeta no tiene ninguna validez jurídica.
Según PatientsCann UK, esta situación ha provocado que pacientes que, por no portar la Cancard, han visto su cannabis medicinal incautada por la policía, mientras que otros usuarios, que no poseen receta para el uso de cannabis medicinal, asumieran falsamente que la tarjeta les protegía de consecuencias legales, erosionando la confianza en el frágil marco legal existente.
Por su parte, la directora de Cancard, Cissie Scorey, defendió el proyecto alegando que, tras cinco años de funcionamiento, un 98% de los controles policiales a personas portadoras de la tarjeta terminan sin acciones legales. “No es la primera vez que enfrentamos críticas. El avance siempre atrae resistencia”, conmentó al sitio especializado Leafi.
Este conflicto evidencia las carencias regulatorias que aún persisten en el acceso al cannabis medicinal en el Reino Unido, destacando la necesidad de establecer marcos legales claros que protejan a las personas usuarias sin intermediarios ambiguos.