Lanzado a finales de marzo, Schedule I ha sorprendido al público gamer al escalar rápidamente hasta el primer puesto en ventas dentro de la plataforma Steam. Con una premisa que no deja lugar a sutilezas, el juego pone al jugador en los zapatos de un traficante que debe abrirse paso en el submundo del narcotráfico desde cero.
El título —una referencia directa a la Lista I de la Ley de Sustancias Controladas de EE.UU.— ironiza sobre la clasificación que el gobierno federal estadounidense asigna a sustancias “sin uso médico aceptado y con alto potencial de abuso”. Entre ellas, por supuesto, se encuentra aún la marihuana, a pesar del creciente consenso en torno a su legalización.
En Schedule I, el jugador puede fabricar y distribuir distintas sustancias, desde cannabis hasta metanfetamina, en un entorno hostil marcado por la presión policial y la amenaza de los cárteles. Todo sucede en la ficticia ciudad costera de Hyland Point, donde el objetivo es claro: escalar hasta la cima del narcoimperio.
Con un precio de 20 dólares (17,64 euros) y disponible actualmente en acceso anticipado, el título ha cosechado críticas mayoritariamente positivas. El estudio desarrollador promete nuevas actualizaciones y contenidos en los próximos dos años.
Este juego se suma a una larga lista de títulos que han explorado la economía ilegal de las drogas, desde el clásico Drug Wars de los años 80 hasta la multimillonaria franquicia Grand Theft Auto. Más allá del entretenimiento, Schedule I vuelve a poner sobre la mesa el debate sobre la representación del narcotráfico en los medios y la política de drogas que lo alimenta.