Una de las ventajas de la legalización es que un artista puede pedir de forma explícita que permita consumir maría en sus exposiciones. Es el caso de Nina Palomba.

Palomba expone en WEED en Los Ángeles (EE.UU). WEED es un lugar que sirve como dispensario y como sala de arte. La elección del lugar no es caprichosa: este ha sido un lugar de reunión desde hace tiempo para los colectivos perseguidos por la policía así como de los estigmatizados por la sociedad. No solo los fumetas sino también el colectivo LGTB+. Palomba lleva bastante tiempo haciendo arte queer y esta sala representa ese salto desde la “clandestinidad” hasta a visualización, concienciación y, en bastante medida, normalización tanto del cannabis como del colectivo.

En el caso del cannabis la aceptación y normalización es un hecho evidente en lugares como L.A. Uno puede ir a un dispensario con tranquilidad y sin tener idea de lo que quiere puede salir con el producto que necesita. Algo impensable décadas atrás.

“Me parece que esté disponible el cannabis para cualquiera en L.A. elimina la idea de que eso es malo o que debería ser algo por lo que estar nerviosa”, dice Palomba, que es de esas personas que ahora puede ir tranquilamente hasta un dispensario y pedir su cannabis.

Según cuenta, no es de las personas que fuman mientras crean. Pese a tener sus productos con CBD favoritos los deja para el momento de ver lo que ha hecho en lugar de que sirvan en la producción. Un poco lo que se plantea en su exposición en WEED: que la gente se acerque hasta allá a disfrutar de su trabajo mientras se vuela la imaginación.