En una jornada marcada por la tensión política, el Parlamento de Tailandia eligió como nuevo primer ministro a Anutin Charnvirakul, líder del partido Bhumjaithai y figura clave en el proceso de despenalización del cannabis en el país. La decisión se dio tras un acuerdo entre partidos conservadores y el influyente clan Shinawatra, que facilitó los votos necesarios para su designación.

Charnvirakul se dio a conocer a nivel internacional como el ministro de Salud que, en 2022, impulsó la remoción del cannabis de la lista de estupefacientes, permitiendo su cultivo y comercialización con fines no estrictamente médicos. Bajo su dirección, Tailandia se convirtió en el primer país del sudeste asiático en adoptar una posición abierta hacia el uso adulto de la planta, aunque sin un marco regulatorio claro.

El ascenso de Charnvirakul al cargo más alto del poder ejecutivo podría definir el futuro del cannabis en Tailandia, que actualmente enfrenta una creciente presión por parte de sectores que exigen una legislación más estricta. Desde su legalización parcial, han proliferado dispensarios y negocios cannábicos, lo que ha generado tensiones entre el sector empresarial emergente y actores conservadores que critican la supuesta ausencia de control.

En sus primeras declaraciones como primer ministro, Charnvirakul aseguró que mantendrá el compromiso con el "uso medicinal y económico" del cannabis, sin dar señales claras sobre una posible regulación del uso adulto. Observadores políticos destacan que su gobierno estará obligado a equilibrar las presiones internas, especialmente ante la posibilidad de retrocesos en materia de derechos y libertades.

La llegada de Anutin Charnvirakul al poder marca un punto de inflexión para el movimiento cannábico en Asia y, particularmente, en Tailandia. Si bien su historial lo pone del lado de la legalización del cannabis medicinal, su rol como primer ministro exigirá decisiones que podrían redefinir el lugar de esta planta en la agenda política tailandesa.