Cinco estudiantes de la escuela de segundaria Mulberry Middle School, en el condado de Polk, Florida, tuvieron que ser hospitalizados con náuseas y mareos después de que un compañero de clase repartiera Green Hornet Fruit Punch Gummies, unas gominolas con un contenido total de 100 mg de THC por bolsita.
El producto es ilegal en Florida. Una foto del paquete, hecha pública por la oficina del sheriff del condado, mostraba una advertencia en la parte de atrás que decía: “Solo para uso médico. Mantener fuera del alcance de niños y animales”.
Lo sorprendente no es tanto el caso, que ha servido para que los movimientos más conservadores aviven la campaña antimarihuana de turno, sino que un niño de doce años se enfrente a cargos penales.
Las autoridades dijeron que el niño será acusado de un delito de posesión de resina de marihuana y seis de distribución de marihuana a menos de 1000 pies de una escuela, todos ellos delitos graves, así como de un delito menor por posesión de parafernalia.
Aunque reconoció que todos habían salido del hospital sin problemas, el sheriff Grady Judd se despachó a gusto hablando de muertes por marihuana: “Esto es arruinar a las familias y matar personas todos los días en los Estados Unidos, y nos mantenemos negándolo y pensando que no es una puerta de entrada para otras drogas que matan personas”. Y continuó: “Lo más aterrador es que este dulce se preparó y comercializó para los niños”. Bravo.