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Metoxetamina, la sustancia que se quedó en mito

Algunas drogas de diseño emergen al mercado a partir de patentes olvidadas, otras salen aparentemente de la nada. La metoxetamina es un ejemplo de la segunda opción. Se trata de un disociativo anestésico, parecido en efectos y estructura a la ketamina, con un origen enigmático y unos curiosos efectos. ¿De dónde salió este compuesto?

Algunas drogas de diseño emergen al mercado a partir de patentes olvidadas, otras salen aparentemente de la nada. La metoxetamina es un ejemplo de la segunda opción. Se trata de un disociativo anestésico, parecido en efectos y estructura a la ketamina, con un origen enigmático y unos curiosos efectos. ¿De dónde salió este compuesto?

Cierra los ojos y mueve la mano izquierda. La sientes pero ¿sabes con certeza que está ahí aunque no la veas? Por supuesto. Pero cuando una persona pierde una extremidad, es bastante típico que siga sintiendo dolor en la parte del cuerpo que ha perdido. Suena ilógico, pero es difícil para el cuerpo asimilar la pérdida de una parte de él. Este dolor es muy difícil de tratar, y sigue siendo un reto de la neurología ayudar a las personas que sufren de esta condición. Se llama el síndrome del miembro fantasma, y afecta a entre un sesenta y un ochenta por ciento de la gente que tiene una extremidad amputada. Un químico en particular, conocido con el pseudónimo M, padece esta condición y tuvo un papel relevante en el diseño de una sustancia para ayudarle a tratar ese dolor. Se trata de la metoxetamina, o MXE, un disociativo anestésico, primo lejano de la ketamina y con efectos similares a esta. Estando actualmente prohibida en la Unión Europea por su popularidad a nivel mundial, ¿cómo ha llegado esta sustancia de la mano de un químico a las manos de las masas?

Es posible que el nombre metoxetamina, o metox, suene familiar, ya que en el 2014 y 2015 había poca disponibilidad de ketamina, y esta sustancia era un adulterante muy común. La MXE fue concebida en el 2010 por el citado bioquímico, que de pequeño perdió la mano izquierda en un bombardeo en Londres. En el pasado había descubierto que tanto los cannabinoides como la ketamina le ayudaban con esta condición y, partiendo de esta base y de varios estudios que exploran la efectividad de la ketamina para tratar el dolor asociado con este síndrome, se puso a explorar derivados de la keta en busca de alguno aún más efectivo. La MXE tiene una duración de entre tres y seis horas, el triple que la ketamina, que dura una o dos horas. La dosis se detalla en la siguiente tabla, y más o menos es el doble de potente que la ketamina:

Dosis Metoxetamina

En dosis bajas, los efectos son similares a los del alcohol: ligera euforia, dificultad de movimiento y descoordinación, relajación, desinhibición, y a veces náusea y confusión. A medida que sube la dosis aparecen los efectos más disociativos: la sensación de salir del cuerpo, incremento en el aprecio de la música, cambios en la percepción, alucinaciones internas e incluso alucinaciones autónomas.

Estos efectos son diferentes a los de los psicodélicos. En vez de cambios de color o ver patrones geométricos, los cambios en la percepción suelen ser más realistas (es decir, menos surrealistas y más anclados en la realidad). Esto se debe al mecanismo que causa los efectos de esta clase de sustancias. En el cerebro tenemos unos receptores llamados NMDA, los cuales, muy resumidamente, son un canal de información entre la mente y el cuerpo. Los disociativos son antagonistas de este receptor, y se podría decir que taponan y bloquean este canal de información. Esto crea una ausencia de estímulos externos, y hace que el cuerpo rellene esta falta de información con información fabricada. De ahí vienen las alucinaciones y cambios de percepción, como interrupciones en la vista (como un vídeo que se va colgando) o, sobre todo en dosis altas, incluso una sustitución total de la visión y otros sentidos por una realidad creada por el cerebro. La gente que toma dosis altas puede llegar a percibir paisajes internos imaginarios y otras alucinaciones autónomas, como personajes imaginarios. Esto crea situaciones curiosas, ya que estos personajes no dejan de ser creados por el propio cerebro y es en cierta manera como un diálogo interno pero muy realista. No se trata de misticismo, no hay entes externos ni espíritus ni elementos esotéricos, pero mientras duran los efectos hay quien experimenta situaciones muy surrealistas. Imagina poder hacerte una pregunta a ti mismo y recibir una respuesta verbal.

Metoxetamina

Estos efectos son especialmente útiles para alguien que ha perdido una extremidad, ya que tener durante unas horas la sensación de volver a tener una mano, por ejemplo, ayuda al cuerpo a consolidar la pérdida de esta. Además, hay estudios publicados que sugieren que el uso de disociativos tiene un efecto correctivo sobre el síndrome de la extremidad fantasma. No obstante, esta vía de tratamiento viene acompañada de riesgos. El uso frecuente de disociativos tiende a inducir estados maníacos y pérdida de contacto con la realidad. El mismo M tuvo un episodio psicótico después de tomar metox a diario durante un periodo largo de tiempo. Explicó: “Mi pareja llegó a casa y me encontró a mí, o al menos a mi mente, en algún lugar más allá de Alfa Centauri. Lo primero que recuerdo es despertar en una ambulancia llena de paramédicos haciéndome todo tipo de preguntas sobre lo que había tomado y qué cantidad. En su opinión no estaba cuerdo. Más tarde descubrí que pensaban que había intentado suicidarme, ya que encontraron páginas impresas de escritos autocríticos y muy negativos en un cajón al lado de mi ordenador. Costó muchísimo convencerles de que habían sido escritos años atrás como forma de terapia”.

Indudablemente, la MXE tiene potencial terapéutico, pero además tiene un claro potencial recreativo. Una vez que apareció en el mercado gris, no tardó en comercializarse, vendida como muestra analítica “no apta para el consumo humano”, con logos de colores chillones y motes tan poco científicos como “mexxy”. Se prohibió en la Unión Europea en junio del 2015. La eficacia de esta fiscalización es discutible, ya que aunque es difícil comprar actualmente metoxetamina, no cuesta mucho encontrar otros derivados de la familia aún sin fiscalizar. Sin embargo, aunque la MXE esté prácticamente extinta, seguro que la gente que se ha podido beneficiar de ella, sea para fines terapéuticos o recreativos, está agradecida al misterioso bioquímico M por su descubrimiento.

Este contenido se publicó originalmente en la Revista Cáñamo #231

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