“Se había constituido en clásico de la forma más dolorosa y drástica, que consiste en sobrevivir a una catástrofe”, señalaba el poeta rusoestadounidense Joseph Brodsky, premio Nobel de Literatura 1987, representante él mismo de tan heroica categoría. Italo Calvino propuso la siguiente contraposición: “Oír la actualidad como el rumor que nos llega por la ventana y nos indica los atascos del tráfico y las perturbaciones meteorológicas, mientras seguimos el discurrir de los clásicos, que suena claro y articulado en la habitación”. La belleza clásica, se ha dicho, es aquella a la que no se puede añadir ni quitar nada. Los dieciocho autores convocados para responder en pocas palabras a nuestra encuesta merecen la consideración de clásicos.