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‘Porrosalda’ con almejas y Blackberry Gum Auto

¡Sube la cuesta de enero empuerrado!

No hay nada mejor para superar el comienzo del año que unos buenos puerros. Esta receta clásica de origen vasco, que realmente se llama porrusalda o purrusalda, es sumamente sencilla y te ayudará a depurar ese cuerpo castigado por los dichosos e inevitables excesos navideños. En nuestra particular versión, le añadiremos unas almejitas regadas con un poco de chacolí cannábico.

Ingredientes para cuatro personas

Purrusalda

  • 2 puerros enteros
  • 2 patatas grandes
  • 2 zanahorias
  • 1 cebolla
  • 1 litro de caldo de verduras
  • 2 cs de AOVE

Almejas

  • ½ kg de almejas, chirlas o similar
  • 2 dientes de ajo gordos
  • Unas ramas de perejil
  • 1 vaso de chacolí cannábico de Blueberry Gum Auto

Hay pocas recetas más perfectas que esta para empezar el año. Lo tiene todo: es barata de verdad, sencilla de elaborar, muy sana, baja en calorías y, además, está de muerte. En euskera significa literalmente ‘caldo de puerros’ (porru: ‘puerro’; salda: ‘caldo’), y se consume desde hace muchas generaciones en los caseríos vascos, en La Rioja o en Navarra.

Sus orígenes son humildes y están ligados a las épocas duras de hambre, cuando se comía de lo que se cultivaba y poco más. Dadas las bondades de las tierras norteñas, es fácil imaginar que tuvieran a mano buenas patatas y buenos puerros. Posteriormente, pasó a ser un plato de Cuaresma, debido a su falta de carne, por supuesto. Aunque, con el paso del tiempo, su evolución ha ido añadiendo ingredientes, como el bacalao en Vizcaya y la merluza o las carrilleras en otros lugares del norte peninsular. Incluso en Guipúzcoa le han cambiado el nombre y le han puesto porrupatata, aumentando la proporción de patata y dándole más consistencia.

En cuanto a sus propiedades nutricionales este plato es una verdadera joya, ya que su ingrediente principal, el puerro, es perfecto para reducir el colesterol, regular la presión sanguínea o perder peso; además, su efecto diurético y laxante ayuda a depurar y aligerar el organismo, al tiempo que su riqueza en fibra favorece la sensación de saciedad. Además, al igual que la cebolla y el ajo, pertenece a la familia de las liliáceas, por lo que es un antibiótico natural y, al añadirle las almejitas, le aportamos también un montón de minerales.

No me digáis que no os cuido, ¡eh!, pues para rizar el rizo vamos a añadirle un chacolí cannábico de Blueberry Gum Auto si queréis; también podéis hacerlo con CBD. Esta variedad la regalamos el año pasado con el número 289 de la revista y está exquisita. Tiene predominancia índica y niveles de THC de hasta un veintidós por ciento, así que cuidadito con ella.

‘Porrosalda’ con almejas y Blackberry Gum Auto

Para su extracción elaboraremos una tintura con el vino del siguiente modo: llenamos hasta arriba un bote hermético con cogollos o restos de manicura (dependiendo de la potencia deseada). A continuación, añadimos el chacolí hasta completar el contenido del bote y lo cerramos. Habrá que guardarlo durante cuatro semanas en un lugar donde no le dé la luz y moverlo con suavidad semanalmente. Una vez extraídos los principios activos, tendremos que deshacernos del alcohol que contiene. Lo ideal es hacerlo naturalmente, es decir, abriendo el bote y dejándolo así durante una semana más, sin prisas, que es como mejor sale. Cuando el alcohol se haya evaporado, podemos filtrar el líquido por un colador de tela y ya estará listo para usarlo.

Os dije que la “porrosalda” era sencilla de elaborar, ¿verdad? Pues ahora veréis el porqué. Solo tenéis que lavar bien los puerros para quitarles los posibles restos de tierra que contengan, pelar la cebolla, las zanahorias y las patatas y cortarlo todo más o menos del mismo tamaño, dejando los trozos de puerro algo más gruesos. Lo ponéis todo en una olla con el AOVE y lo cubrís con el caldo, lo ponéis a punto de sal y lo hervís durante unos 20 min o hasta que las patatas estén tiernas. Mejor tapado y a fuego medio para que no se os ensucie mucho la cocina.

Mientras se hace, podéis pelar y laminar los ajos y lavar muy bien las almejas. Os aconsejo darles un buen enjuagando bajo el grifo primero y luego sumergirlas un rato en agua con sal para que suelten toda la tierra. Por último, las sacáis del agua con sal y las volvéis a enjuagar bien bajo el grifo. A continuación, ponéis el AOVE a calentar en una sartén, que después podáis tapar, y añadís los dientes de ajo laminados. Cuando empiecen a dorarse, incorporáis las almejas limpias y escurridas, las dejáis un minuto y le añadís el chacolí cannábico con cuidado para no quemaros. Inmediatamente después, las tapáis y las dejáis así hasta que comiencen a abrirse, momento en el cual podéis ya incorporarlas a la olla de la “porrosalda”.

Para terminar, picáis bien el perejil y los espolvoreáis por encima. ¿Qué me decís? Fácil, ¿no? Espero que disfrutéis de su elaboración, degustación y, sobre todo, de su digestión. ¡Hasta la próxima!

Este contenido se publicó originalmente en la Revista Cáñamo #301

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