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Trampolín de Cuaresma para tocar el cielo

Potaje de Claustrum con garbanzos y bacalao

Llega el mes de las flores, las procesiones y el olor a incienso. Por eso vamos a preparar un clásico potaje de vigilia con garbanzos y bacalao, al que vamos a dar un toque celestial para que podáis tener una experiencia mística digna de la mismísima Santa Teresa de Jesús.

Llega el mes de las flores, las procesiones y el olor a incienso. Por eso vamos a preparar un clásico potaje de vigilia con garbanzos y bacalao, al que vamos a dar un toque celestial para que podáis tener una experiencia mística digna de la mismísima Santa Teresa de Jesús.

Para esta receta he seleccionado la variedad Claustrum. Este premiado híbrido sativo de gran vigor vegetativo posee un efecto estimulante y psicodélico debido a un alto porcentaje en THC y un mínimo en CBD. Su sabor a incienso es potente y tiene, además, toques de pino y eucalipto para el majado con el que culminaremos nuestra receta de hoy.

Lo primero es recordar que para obtener la extracción solo tenemos que llenar un bote hermético de cogollos o restos de manicura y añadir AOVE hasta cubrirlo. Lo cerraremos y lo dejaremos macerar de mes a mes y medio moviendo el bote ligeramente al menos una vez por semana. Pasado este tiempo filtraremos el aceite con la ayuda de un colador y lo guardaremos como oro en paño en un recipiente de cristal. Y ya lo tendremos listo para el consumo.

Potaje de Claustrum con garbanzos y bacalao

Para elaborar el potaje existen multitud de formas dependiendo de la zona donde vivamos, del tiempo que tengamos y de lo elaborado que queramos hacerlo. Yo he optado por una rápida y sencilla para no complicaros mucho la vida.

Comenzaremos por el sofrito. Pondremos una olla o cazuela con las 8 cs de AOVE al fuego y agregaremos dos ajos enteros, la cebolla y la zanahoria cortadas en trozos grandes junto con el pimiento choricero entero sin tallo. Añadiremos un poco de sal y lo taparemos para que suden la gota gorda a fuego lento. Mientras, podemos rallar el tomate. Cuando las hortalizas estén doradas incorporaremos el pimentón de la Vera y el comino. Daremos un par de vueltas y verteremos el tomate antes de que se queme el pimentón para que no nos amargue el guiso. Dejaremos sofreír unos 8 minutos y trituraremos el sofrito con la ayuda de una batidora. Ya podemos añadir los garbanzos, el caldo de verduras y la hoja de laurel para dejarlo cocer durante unos 15 minutos a fuego lento con la olla tapada.

Mientras los sabores se integran entre sí podemos hacer nuestro majado con el aceite de oliva cannábico, el perejil fresco y el diente de ajo que nos queda. Por otro lado, cortaremos en dados el bacalao y lo sumergiremos en el guiso y taparemos de nuevo. Dejaremos cocer durante 5 minutos y acabaremos poniendo el majado ya con la olla retirada del fuego. Mezclaremos bien y listo. Ya podemos disfrutar de nuestra particular procesión garbancera y de nuestra posterior ascensión a los cielos.

Potaje de Claustrum con garbanzos y bacalao

Potaje de Claustrum con garbanzos y bacalao

Ingredientes para 4 personas

  • 400 g de garbanzos cocidos
  • 250 g de bacalao en su punto de sal o desalado
  • 3 dientes de ajo pelados
  • 1 cebolla grande pelada
  • 1 zanahoria pelada
  • 1 tomate maduro
  • 1 pimiento choricero
  • 8 cs de AOVE
  • 1 hoja de laurel
  • 1 cc de comino molido
  • 1 cs de pimentón dulce de la Vera
  • Sal al gusto
  • 400 ml de caldo de pescado
  • 1 puñado de perejil fresco
  • 4 cs de aceite de oliva cannábico de Claustrum
La dosis correcta

Se estima que medio gramo por persona si no es usuaria de cannabis es una dosis suficiente para sentir los efectos. Si eres consumidor habitual la tolerancia hacia la sustancia activa hará que necesites el doble: un gramo. No olvides que durante la digestión el THC se convierte en una molécula más potente que propicia una experiencia retrasada y hasta tres veces más intensa que con una cantidad similar fumada. El efecto tarda entre 30 y 90 minutos en mostrarse en todo su esplendor, y puede llegar a mantenerse hasta 8 horas.

Dado que no todas las hierbas son iguales y que todos somos diferentes, estos consejos sobre cantidades y efectos son orientativos. Es al comensal al que corresponde encontrar su medida. La prudencia siempre es buena consejera.

Fotos: Alberto Flores.

Este contenido se publicó originalmente en la Revista Cáñamo #232

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