Ingredientes para cuatro personas
Elaboración
Aunque el charnego no sea necesariamente andaluz, sino cualquier emigrante a Cataluña procedente de otra región de habla no catalana, sí es cierto que históricamente la gran mayoría lo ha sido. De hecho, en 1954, uno de cada tres emigrantes que vivía en Barcelona era andaluz y entre 1960 y 1975 fueron ochocientos mil los que hicieron las maletas para buscar una vida mejor por aquellas tierras.
Este idilio histórico, que se remonta en realidad hasta la Edad Media, nos ha regalado cantidad de fusiones enriquecedoras. En su honor, hemos querido traeros esta fresca y nutritiva recetilla. Tanto el remojón granadino como la ensalada malagueña llevan como base la naranja, la cebolleta y el bacalao, aunque la malagueña lleva también patata cocida. En el empedrat, a esta misma base se incorporan legumbres, tomates y pimientos, y se le quita la naranja. Pero si las fusionamos podemos conseguir un excelente resultado.
El toque exótico y cannábico se lo va a dar la variedad Pakistan Valley Early Harvest, de World of Seeds, que regalamos con el número 292 de esta revista en abril del año pasado. Se trata de una índica con efectos narcóticos y medicinales, gracias a sus altos porcentajes de CBD. Sus aromas y sabores son intensos, dulces, terrosos o florales y, para extraerlos junto a sus propiedades, vamos a preparar una tintura de vinagre de jerez.
Para ello, necesitaremos 250 ml de vinagre de jerez y unos 8 g de cogollos. Primero, metemos los cogollos en el congelador un par de días antes, para que el frío nos ayude a extraer los cannabinoides. Después, los trituramos y los sumergimos en el vinagre, los metemos en la nevera y los dejamos que maceren durante tres o cuatro días. Pasado este tiempo, lo filtramos todo con un colador de tela y lo metemos en un bote hermético para uso posterior. Si queremos potenciar el sabor más aún, podemos incorporar un cogollo extra en el bote.
El bacalao deberá ser de buena calidad y será mejor desalarlo en casa en lugar de comprarlo ya desalado. Una vez desalado se procede al desmigado, que recomendamos sea a mano y no cortado a cuchillo, ya que la textura cambia mucho. Cuando ya tengamos la tintura y el bacalao preelaborados, podemos comenzar a hacer la ensalada. Empezamos poniendo los huevos a cocer. Mientras tanto, podemos lavar las hortalizas (pimientos, tomates y cebolleta) y cortarlas, junto a la naranja pelada, en trozos más o menos del mismo tamaño que las alubias (excepto la naranja, que habrá que cortarla algo más grande, para que no se nos deshagan sus trozos cuando la mezclemos). Abrimos el bote de las alubias, las enjuagamos un poco con agua en un colador y las escurrimos bien. Las ponemos en un bol grande y le vamos agregando el bacalao, las aceitunas negras, los trozos de naranja, la cebolleta, el tomate y los pimientos cortados.
A continuación, sacamos los huevos del agua cuando estén cocidos; hay que recordar que al cocerlos serán 8 min desde que hierve el agua, y no olvidaremos poner mucha sal en el agua para facilitar el despegue de la cáscara. Una vez fríos, los pelamos, los cortamos en cuartos y los reservamos.
Nos disponemos a aliñar el bol de las alubias y las hortalizas con el vinagre cannábico, el AOVE y sal al gusto, teniendo en cuenta siempre el punto de sal del bacalao que tengamos. Una vez aliñada, habrá que tener cuidado a la hora de remover y mezclar. Aconsejamos hacerlo dándole movimiento al propio bol y no metiendo ninguna cuchara dentro, para evitar que se nos rompan las alubias y los trozos de naranja.
Pues ya está, solo queda emplatarla y decorarla con los cuartos de huevo cocido que tenemos reservados. Hay gente que le añade un poco de pimentón dulce al final, nosotros no le vamos a poner en esta ocasión.
Como siempre, esperamos que disfrutéis de su degustación y, sobre todo, de su digestión. ¡Hasta la próxima!