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Primeros porros, primer amor

Apuntes del diario de una adolescente en 1992

Fascinados con la publicación de Y ahora, lo importante (Caballo de Troya, 2018), los diarios rescatados de una adolescente de catorce años en la España de 1992, pedimos a su autora Beatriz Navas Valdés que nos escribiese un texto sobre sus primeros porros. Beatriz respondió con unos fragmentos selectos de esos diarios, que constituyen un retrato fidedigno de los ritos de iniciación, de las alegrías y tribulaciones de los adolescentes de clase media de hace veintiséis años.

Fascinados con la publicación de Y ahora, lo importante (Caballo de Troya, 2018), los diarios rescatados de una adolescente de catorce años en la España de 1992, pedimos a su autora Beatriz Navas Valdés que nos escribiese un texto sobre sus primeros porros. Beatriz respondió con unos fragmentos selectos de esos diarios, que constituyen un retrato fidedigno de los ritos de iniciación, de las alegrías y tribulaciones de los adolescentes de clase media de hace veintiséis años.

3 de julio de 1992

“Patricia le preguntó por qué se enrollaba con ella, si le gustaba Lucía, y el muy gilipollas le dijo «no sé». Ella estaba cabreadísima y superjodida y la verdad es que yo no sabía cómo ayudar a mi amiga y me sentía un poco mal, y decidimos irnos Itziar, Cristina, Gabi, Patricia y yo por nuestra cuenta. La sorpresa fue que Gabi nos propuso ir a un callejón y allí se sacó un porro ya hecho y nos confesó (y esto es súper secreto) que Loren, su novio de la sierra, baja al moro y se sube hachís. También llevaba encima una china más, papel y una máquina de liar. Todas flipamos y nos pusimos a fumar, menos Cristina, porque le daba un poco de miedo y ni siquiera fuma tabaco. A mí me raspó bastante la garganta, pero me reí como nunca en mi vida y dijimos chorradas surrealistas superdivertidas. Y Gabi dijo que la maría era aún mejor y más sana. Pero de repente Patricia se desplomó y le entró un amarillo que te cagas y no podíamos hacer nada por ella. Le pasábamos hielo por el cuello, le dábamos café con sal y nos gritaba que la dejáramos en paz allí en la acera y que le daba igual llegar tarde a casa, pero que no se quería mover. La cosa se puso seria porque llegó la hora de pirarse a casa y ella seguía fatal. Se fueron estas y yo me quedé con ella y a rastras nos acercamos a una cabina porque yo quería llamar a mi casa. Le conté a mi madre una bola descomunal: que había habido un accidente de moto justo delante de nosotras y por eso unos se habían pegado, y que habíamos sido las únicas testigos y los policías querían que hiciéramos una declaración y nos habían pedido esperar y que si ella quería que un policía la llamara, lo haría en cinco minutos. Coló porque ya estaba dormida y cuando está así no se entera de nada. Luego Patricia se puso lo suficientemente bien para pillar un taxi e ir a su casa. Y claro, la han castigado sin salir hasta que se vaya a Calpe de vacaciones”

Beatriz Navas
Abril de 1993, los de BUP fumábamos a escondidas en unas escaleras del colegio.

5 de julio de 1992

“Allí nos bañamos en la piscina a las tantas, fumamos porros y luego hablamos de lo que habíamos hecho y lo que no habíamos hecho con los tíos y a estos les preguntamos de todo sobre lo que habían hecho con las tías. Gabi les preguntó que qué cosas había hecho Nacho y yo le dije que prefería no saberlo y que si nos ahorrábamos esa información. Y ellos se pusieron de mi parte. Las que más cosas habían hecho, claro, son las primas de Gabi y sus amigas. De hecho, todas ya lo han hecho, pero lo más flipante fue que Isabel nos dijo (y esto no puedo contárselo a Patricia porque también estuvo su hermana Paloma) que el jueves se montó una orgía en su casa, con tíos de 2.º BUP bañándose en bolas en la piscina y luego haciendo de todo por las habitaciones. Por lo visto, los de 2.º de BUP vinieron con Alejandra Aguilar que sale con Salva Luján, que a estas les parece que se ha vuelto muy morboso desde que ha adelgazado tanto (dicen que por las pastis y que incluso él pasa en el cole). A mí no me mola mucho, pero siempre me ha recordado a Matt Dillon. Y también vinieron relaciones supermayores de Morasol con varias tías a las que Isabel tuvo que echar porque se pusieron muy borrachas y muy brasas y una se quería ligar a Alberto Colmenero que es su fiche desde hace tiempo. […] Ella lo llama orgía, pero en el fondo era por parejas y no todos a la vez”

“Allí nos bañamos en la piscina a las tantas, fumamos porros y luego hablamos de lo que habíamos hecho y lo que no habíamos hecho con los tíos y a estos les preguntamos de todo sobre lo que habían hecho con las tías”

11 de septiembre de 1992

“Mi madre se ha ido toda una semana a la Expo y por eso el domingo pasado invité a un montón de gente a casa. […] primero fuimos a Simancas a pillar porros con el hermano mayor de Caverno, que este año empieza COU, para que no nos metieran el palo. A cambio él se quedaba con quinientas pelas. Luego fuimos a comprar litros de cerveza, whisky, Coca-Cola, hielos y todo lo necesario para pillarnos una buena mierda. Vino un montón de gente y yo puse distintas recopilaciones que había hecho que crearon muy buen ambiente. Lucía y Arturo volvieron a enrollarse y Diana y uno de los gemelos estuvieron a puntito, pero a ella le entró un bajón y la tuvimos que acostar en mi cama. Isa Soler sí que se puso fatal y no paraba de potar, incluso la metimos en la ducha para que se recuperara. La acostamos en la cama de mi madre, pero se tuvo que volver a levantar porque todavía le quedaba más que potar”

13 de septiembre de 1992

“Patricia y yo conocimos a dos chicos bastante simpáticos y hemos quedado con ellos el finde que viene para ir a Die Maüer a la fiesta de la espuma. No son guapísimos, pero bastante enrollados y pasables y también fuman porros. La verdad es que nunca hemos ido a Die Maüer porque tiene fama de estar lleno de horteras, pero lo de la fiesta es una buena excusa para conocerlo de una vez. Además, está cerquita de casa. Pero, por otro lado, estoy un poco harta de ir tanto a las discotecas y me mola más cuando vamos por Malasaña a distintos bares porque allí ponen la música que de verdad me gusta y el ambiente es más de mayores y no de niñatos. Ellos pensarán que nosotras somos unas niñatas, pero creo que ya empezamos a tener una edad y nuestras propias ideas y experiencias”

Beatriz Navas
Las tardes entre semana en casa se hacían eternas, ahí en noviembre de 1991.

16 de septiembre de 1992

 “Ahora soy una chica responsable a la que le gusta tener su tiempo para desfasar y con varios defectos que debo corregir: soy desordenada, impuntual, algo mentirosilla y más cortada de lo que me gustaría. Y también debería controlarme con la bebida, el fumar y los porros. Sólo tenemos un cuerpo y no conviene joderlo desde tan pronto, pero en cuanto estoy por ahí de marcha esto se me olvida” 

26 de septiembre de 1992

“De repente, Jordan me preguntó si me fumaba un joint y le dije que vale. Fue a pedirle costo y papel a Yeti y me dijo «¿nos vamos?» y me guiñó el ojo. Bufffffffffff, no te puedes imaginar cómo fue ese gesto, me lo repito mentalmente sin parar. Nos fuimos fuera y nos hicimos el porro en un banco de la entrada de Morasol. Empezamos a fumar, pero vimos que Gabi, Itziar y Patricia salían a cotillear y Jordan me preguntó si dábamos una vuelta. Le dije que «claro» y nos fuimos andando hacia Alfonso XIII y Arturo Soria. Me preguntó que si fumaba desde hacía mucho y le dije que desde antes de verano (se refería a los porros). Pero también le dije que no quería fumar muy seguido porque a veces me había dado un amarillo y me había prometido controlar que no me mareara porque luego tardaba un montón en volver a estar bien. Y de repente él se paró, yo seguí un poco, me cogió de la mano para pararme y acercarme a él, se apoyó un poco en un coche y nos dimos el beso más laaaaargo del mundo. Parábamos, nos sonreíamos y nos besábamos otra vez. Así todo el rato. Luego se hizo tarde y me acompañó a la parada del 115. Fue un paseo genial y nos tuvimos que despedir rápido porque llegaba el 115. Pero justo cuando paró y abrió las puertas, se subió al autobús y me acompañó hasta casa. Por lo visto él no tiene una hora fija para llegar. Estuvimos enrollándonos en la calle cortada y hablando de música y de todo un poco”

“También debería controlarme con la bebida, el fumar y los porros. Sólo tenemos un cuerpo y no conviene joderlo desde tan pronto, pero en cuanto estoy por ahí de marcha esto se me olvida”

17 de octubre de 1992

“La cuestión es que ya en su casa hemos seguido hablando de todo, ha sacado unas birras y hemos fumado unos porros. Pero bueno, imagino que habrá que ir a lo importante. Hemos ido a la cama de su madre y hemos estado enrollándonos allí. La verdad es que él ha ido despacio y una cosa llevaba a la otra de manera natural. He acabado sin la parte de arriba y me ha encantado que me besara por todos lados. Él estaba empalmado, yo lo notaba y me abrió las piernas y se frotó contra mí, pero los dos con los vaqueros puestos. En un momento dado me ha dicho: «Quiero que tengas un orgasmo». Ha roto un poco la magia porque no esperaba que soltara la palabra «orgasmo» ahí en medio y me lo ha preguntado directamente: «¿Quieres tener un orgasmo?». Le he dicho que sí, pero que no repitiera más veces la palabra, por favor. Entonces me ha abierto el pantalón, me ha metido la mano y ha empezado a tocarme. Ha empezado suave y luego iba más rápido. Me besaba y le notaba superexcitado. Ha sido alucinante. Y en un momento dado me ha preguntado «¿quieres moverte encima de mí?» y le he dicho que vale. Me he quitado el pantalón, pero me he dejado las bragas puestas y él se ha quedado en calzoncillos (No lleva fardahuevos ¡menos mal!). Me he puesto a moverme y de repente me ha llegado el orgasmo de mi vida, que ha durado un buen rato y él me ha abrazado muy fuerte. Cuando me he quitado de encima para tumbarme a su lado él se ha puesto encima de mí y se ha frotado hasta correrse. Ha gemido algo y ha dicho «joder, Bea»”

18 de octubre de 1992

“Sí le he dicho lo que me gusta Jordan y que a veces parece que pasa y a veces que no, pero no lo de ayer y la otra vez que nos enrollamos. Ella ha dicho que me entiende perfectamente, que es superatractivo y que lo utiliza, pero que tenga cuidado porque tiene pinta de que las de 3.º nos deben de poner a parir con ellos. Le he dicho que ya lo sé y luego le he preguntado que ella por quién estaba ahora, y me ha confesado que le encanta el primo de Gabi y que quiere volver cuanto antes a Bilbao, que notó feeling este verano y que va a ir a por todas cuando vuelva a verle. Luego nos hemos fumado un porro que me había dado Jordan y nos hemos ido a casa. Queríamos ir a Simancas a por porros, pero seguimos sin atrevernos a ir solitas. Al llegar a casa mi hermano me ha dicho que me ha llamado Jordan y le he llamado corriendo”

Beatriz Navas
Entre los Garfields, una botellita de Tanquerai de las que regalaban cuando salíamos por ahí, foto de mayo de 1992

22 de octubre de 1992

“Carlos Domenech se había traído Cloretilo anestesia, que es un líquido que te echas en la ropa y aspiras y te da un colocón increíble de unos segundos. La sensación era gozosa y nos íbamos pasando el bote de unos a otros, intentando que no se enterara el resto del autobús. Jordan y yo nos lo echamos en la camisa, lo aspiramos a la vez y alucinábamos. Perdías el contacto con la realidad y te medio desmayabas. Era como si el cerebro dejara de funcionar y entraras en otro estado, flipante de verdad. Y luego empezamos a respirarlo y enrollarnos y nos daba igual quién estuviera al lado, aunque los demás estaban también flipando en colores con sus colocones. Nos asustó un poco Rocío porque lo aspiró, se cayó al suelo y se dio un buen golpe. Pero se recuperó enseguida y la tía pidió más. La verdad es que no había oído hablar de ello en mi vida. Hoy hemos intentado comprar en la farmacia y nos han dado largas diciendo que se necesita receta, pero Carlos nos ha dicho que no hace falta. Estas me han preguntado si tengo recetas de mi madre en casa, y les he dicho que mi madre es hematóloga y no hace recetas”

23 de octubre de 1992

“Hoy he ido a Graf con todas estas y los de 1.º y por allí andaban también Álvaro, Jordan, etcétera. Cada grupo estuvo a su puta bola, como siempre. Después nos hemos ido a la caseta para fumarnos unos porros antes de irnos a casa y cuando nos estábamos acercando he visto a Jordan y Eva Fernández de los Ríos abrazados, y ella dándole besos por el cuello o yo qué sé qué más. Cuando Jordan me vio se separó de ella y puso cara de situación, y ella me miró y empezó a despollarse. Me piré andando como si nada, superrápido, y paré cuando ya estaba lejos de ellos y no me veían para esperar a Patricia. Respiré superfuerte para no llorar y lo conseguí, pero ¡joder, qué dolor! Le dije a Patricia que no dijera ni una palabra y se calló toda la vuelta en bus. Noté que lo sentía de verdad por mí. Puedo decir que sé lo que es sufrir por amor. Llevo ya varias horas fatal, con el cuerpo descompuesto, y he estado fumando como una carretera en el descansillo para no apestar la casa y que mi madre se cosque. No dejo de pensar en lo que me gusta y en lo que me jode que Jordan me haya estado dando alguna esperanza esta última semana, después de lo que pasó en su casa y en la excursión. Parecía que nadie podía gustarse tanto como nosotros. Pero soy una puta ilusa”

“Mis pensamientos están algo filosóficos últimamente, quizá porque con los porros nos ponemos a pensar de una manera diferente, más profunda. Me imagino a un extraterrestre que nos ve tiradas en un portal, fumadas y borrachas...”

24 de octubre de 1992

“Se ha quedado callado y le he soltado: «Ves, ahora estamos hablando supernormal y parece que todo fluye entre nosotros, pero luego cambias totalmente en el cole y te pones en plan chulo hijo de puta sin venir a cuento». Y va y con dos cojones me suelta: «¿Nos vemos luego?». Le he dicho que me iba al Madrid Rock y me ha dicho que por qué no quedamos una horita antes de tranqui. Le he dicho que ok, que me acompañara a Simancas a pillar porros y que luego me piraría a los conciertos, y hemos quedado a las 17.30. Al final él gana, pero ¿voy a renunciar a verle si me apetece mucho? Lo que está claro es que lo que hizo ayer con Eva Fernández de los Ríos marca un antes y un después, y tengo que decidir si hago cosas con él o no a sabiendas de que quiere hacer lo que le apetezca en cada momento y no atarse a nadie. La verdad es que yo no le puedo pedir nada y está en mi mano sufrir o no, porque entre nosotros lo más serio que puede haber es una amistad basada en los momentos especiales que pasemos solos de vez en cuando a escondidas en callejones y barrios feos”

5 de noviembre de 1992

“Después de tomarnos la pizza, me hice un porro y estuvimos fumando. De repente me soltó que le echara el humo en la boca. Me puse un poco en plan tonta: «Pero ¿cómo quieres que lo haga?», y cogió él el porro, aspiró, acercó sus labios a los míos, pero sin tocarlos y creó un submarino con sus manos. Aspiré todo y luego me dijo que lo hiciera yo. Me acerqué, hice lo mismo, aspiró, cerró los ojos, sonrió y luego dijo: «Vamos para dentro»”

30 de diciembre de 1992

“Ahora me imagino en Jamaica, en una playa al atardecer, con un buen porro en la mano y escuchando reggae de fondo. Tranquilita, con la sensación de que el tiempo se para y de que no hay que preocuparse de los putos exámenes, ni de los putos tíos, ni de si voy con no sé quién, ni de si me pongo no sé qué, ni de las pesadeces de los mayores...”

Beatriz Navas
Con la camiseta de la “Wish Tour” de The Cure, en noviembre de 1992

23 de enero de 1993

“Jordan y yo estuvimos un buen rato en plan: «Y tú ¿qué?», «Yo, nada, ¿y tú?», «Nada tampoco, ¿y tú?», «Pues nada, entonces», «Entonces, nada». Y bueno, luego ya estuvimos hablando normal y me contó que había cortado con Eva, que no se veía con novia y me preguntó qué tal las navidades y eso. Estaba guapísimo y quería que se lanzara de una puta vez, pero yo me hice la dura como si nada y aguanté y aguanté. Y él aguantó y aguantó, porque se vino hasta La Piovera. Avisé a mi madre por el telefonillo que me quedaba un ratito abajo, nos fumamos un par de porros y llegó un momento en que ya no podíamos alargar la cosa y nos enrollamos. Me metió un poco de mano, pero con su estilazo. Con él no me siento incómoda ni me da asco. Me subí con un calentón...”

27 de febrero de 1993

“Mis pensamientos están algo filosóficos últimamente, quizá porque con los porros nos ponemos a pensar de una manera diferente, más profunda. […] me imagino a un extraterrestre que nos ve tiradas en un portal bebiendo mezclas de cualquier cosa en vasos de plástico, diciendo gilipolleces, fumadas y borrachas... ¿qué sentido vería en la vida de seres terrícolas como nosotras? Lo que nadie sabe es si vive realmente o no, sobre todo, si existe realmente o no. Por ejemplo, el otro día que nos pusimos en plan gatas, gimiendo «marramiau» como descosidas por las calles muertas de risa, ¿qué significa eso?”

Y ahora, lo importante (Beatriz Navas)

13 de julio de 1993

“Estos días en Gernika han estado genial, aunque básicamente consistían en: desayunar café con espuma, saludar a gente, porros, risas, comer, siesta, porros, risas, cenar, salir y beber y vuelta al café con espuma en vaso. No hace nunca tiempo de playa. No ha habido ningún rollo y sí algún amarillo. Allí se lleva el speed y parece que todo el mundo está yonqui. Espero que el plan de Barcelona sea animado y pueda salir por ahí con Oriol algún día”

9 de noviembre de 1993

“Tienen una especie de grupo y ensayan los fines de semana. Vamos a verles y me encanta estar fumada en medio del ruido de las guitarras y la batería. Para estar empezando no lo hacen nada mal, consiguen combinar cierta armonía con el ruido y les sale algo que se parece al dolor. Yo siempre sueño con tocar algún instrumento, pero nunca me pongo. Nunca me pongo con nada, soy una puta vaga. […] Luego pasamos unos días en Cadaqués en plan militar: madrugar, salir con la zodiac hacia el Cap de Creus, pescar cada uno su comida, nadar, leer, de vuelta al pueblo, cena, paseo (fichando a los extranjeros tíos buenos), ir a la cama y volver a empezar. El mejor plan de rehabilitación, la verdad. Después estuve sólo un día más en Barcelona; la última oportunidad de ver a Oriol. Lo vi. Hablamos y no le gustó que fumara porros. Me atreví a llamarle muermo y me fui pronto a casa. Me funciona ir de castigadora, eso es algo que he aprendido. Aunque no pasó nada, siempre queda el futuro”
 

Este contenido se publicó originalmente en la Revista Cáñamo #247

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