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Florida pero poco recreativa

La marihuana recreativa seguirá siendo ilegal en Miami

A pesar de que la mayoría de floridanos está a favor,  de la millonaria campaña sufragada por Trulieve –la mayor empresa del sector cannábico allá– y del apoyo declarado de Donald Trump –residente en el estado, expresidente y de nuevo presidente de EE UU– la legalización de la marihuana recreativa no salió adelante en Florida.

La batalla por la regulación de la marihuana recreativa en Florida no fue una cuestión menor de las pasadas elecciones. En 2016, un 71% de los votantes floridanos aprobaron por referéndum el consumo de marihuana con fines médicos y en 2019 se promulgó la legislación que permite a las personas con determinadas dolencias adquirir cannabis fumable en dispensarios autorizados de marihuana medicinal. Respecto al uso recreativo, la Corte Suprema del estado rechazó en 2021 dos intentos de enmienda para legalizarlo. Así estaba el panorama, cuando la inclusión de una consulta sobre el tema en las elecciones presidenciales del 5 de noviembre avivó la esperanza de acabar de una vez por todas con la ilegalidad de nuestra amada planta en el soleado estado. El desafío era que para la aprobación de la regulación propuesta no bastaba con el 51%, hacía falta una mayoría cualificada del 60% de los votos. 

Finalmente, el Sí alcanzó hasta el 55,9% y, por poco margen, no se superó el umbral. Los usuarios recreativos de Florida tendrán entonces que seguir a escondidas alimentando su pasión por las flores cannábicas, comprando en el mercado negro o, práctica habitual, pidiendo a un amigo su tarjeta de marihuana medicinal para comprar de tapadillo en uno de los más de 600 dispensarios autorizados por todo el estado.

De los más de 10,6 millones de votos reportados, el 44,1% votó que no a la Enmienda 3, es decir 4.692.824 votantes dijeron que no aprobaban la propuesta de enmienda a la Constitución de Florida para legalizar el uso recreativo de la marihuana para adultos mayores de 21 años. Una mayoría de 5.984.875 (el 55,9%) votaron que sí, pero tendrán que seguir esperando.

De haberse aprobado en Florida la enmienda sobre la marihuana habría permitido la venta recreativa de marihuana a mayores de 21 años en los dispensarios médicos existentes, con la posibilidad de que las autoridades otorgasen más licencias a otros minoristas, pero sin amparar el autocultivo y sin políticas que garanticen la equidad social de la regulación.

Trump y Kamala a favor

La marihuana recreativa seguirá siendo ilegal en Miami

Fotos de Andreina Mújica.

Un día después de las elecciones, Juan Carlos, dueño de varias tiendas de marihuana medicinal en Miami, nos comenta que la marihuana recreativa se consume y se va a seguir consumiendo en todos lados, aunque en Florida siga siendo ilegal. “Solo podemos usar legalmente la marihuana medicinal”, nos aclara Juan Carlos. 

El gobernador republicano DeSantis criticó duramente la iniciativa tachándola de “radical”. “Básicamente es una licencia para tener hierba en cualquier lugar que quieras. Así que no hay restricciones de tiempo, lugar y forma”, dijo, rematando con una frase que se convirtió en el principal eslogan contra la legalización recreativa: “Este estado comenzará a oler a marihuana en nuestras ciudades y pueblos”

Para él, “la manera en que se ha organizado la marihuana medicinal en Florida es estupenda. Solo ampliaría las condiciones amparadas por la ley para incluir más casos de enfermedades terminales y no solo para condiciones más comunes como insomnio, ansiedad o depresión”. Frente a lo que cabría esperar del dueño de un dispensario medicinal –que, con el cambio de legislación habría visto aumentada significativamente su clientela–, a la pregunta de si considera que debería legalizarse el uso recreativo, contesta que “es un tema muy complejo. Existe la expectativa de los ingresos que estas industrias aportan a las economías locales, sin embargo, el uso entre menores y la falta de control generan muchos aspectos negativos. En Colorado, por ejemplo, aumentaron las estadísticas de accidentes viales bajo los efectos de esta droga. En otros estados, el abandono escolar ha crecido debido a las adicciones”. 

No sabemos la fiabilidad de los datos que maneja Juan Carlos (en franca contradicción con otros), pero la información veraz no ha sido en estas elecciones lo más determinante.

Donald Trump, el gran triunfador en estas elecciones, aseguró en un podcast dos meses antes de los comicios que, como residente en Florida que es, votaría a favor de la enmienda 3, una toma de posición en desacuerdo con el gobernador Ron DeSantis y otros líderes republicanos del estado, decididamente en contra de la iniciativa de regulación.

“Como he dicho anteriormente, creo que es hora de poner fin a los arrestos y encarcelamientos innecesarios de adultos por pequeñas cantidades de marihuana para uso personal. También debemos implementar regulaciones inteligentes, mientras proporcionamos acceso a los adultos a productos seguros y probados. Como floridano, votaré SÍ en la Enmienda 3 este noviembre”, publicó Trump en la red Truth Social. Y fue más allá: “Como presidente, continuaremos enfocándonos en la investigación para desbloquear los usos médicos de la marihuana como una droga de la Lista III, y trabajaremos con el Congreso para aprobar leyes de sentido común, incluyendo la banca segura para las empresas autorizadas por el estado, y apoyando los derechos de los estados para aprobar leyes sobre la marihuana”.

Difunden un spot de campaña de Donald Trump que apoya la legalización del cannabis en Florida

Que el expresidente Trump se posicionara a favor de la Enmienda 3 fue usado por la campaña de Smart & Safe para la legalización de la marihuana recreativa.

El entonces expresidente y candidato electoral estaba convencido de que la iniciativa sería aprobada por los votantes y se adelantó pidiendo a los legisladores de Florida que prohibieran el uso recreativo de marihuana en espacios públicos.

Mientras la vicepresidenta y candidata demócrata Kamala Harris prometía la regulación federal de la marihuana, la plataforma Smart & Safe Florida a favor de la regulación recreativa utilizó para su campaña las declaraciones de Trump en la que decía que la reforma “será muy buena” para Florida. “Se debe hacer de una manera muy concertada y legal. Y creo que la forma en que lo están haciendo en Florida va a ser realmente buena. Va a ser muy buena, pero se debe hacer de una buena manera. Se debe hacer de una manera limpia”, se le veía decir en el spot de campaña, un anuncio que concluía con una voz en off: “La Enmienda 3 legaliza la marihuana para adultos. Es segura, está probada en laboratorio y regulada, y genera miles de millones de dólares para las escuelas y las fuerzas del orden. Únase al presidente Donald Trump. Vote SÍ a la Enmienda 3”.

Pero ni Trump ni Harris pudieron convencer para alcanzar esa mayoría cualificada del 60% de votantes. Del otro lado, el factor más convincente y determinante no fueron los peligros que enumeraba Juan Carlos, el dueño del dispensario medicinal floridano, sino el olor a porro.

Que Florida no huela a porro

La marihuana recreativa seguirá siendo ilegal en Miami

La Calle 8 de Miami, una de las más señeras de Little Havana, llena de personajes como este vendedor de agua de coco.

Ron DeSantis, quien gobernará Florida hasta 2026, se postuló contra Trump en las primarias presidenciales del Partido Republicano, pero luego, cuando se retiró, respaldó al expresidente. Lo que no le ha impedido tomar partido en contra de la enmienda 3. Ya en abril, cuando la Corte Suprema firmó su inclusión de la iniciativa en la boleta electoral, DeSantis la criticó duramente tachándola de “radical”. “Básicamente es una licencia para tener hierba en cualquier lugar que quieras. Así que no hay restricciones de tiempo, lugar y forma”, dijo el gobernador, rematando con una frase que se convirtió en el principal eslogan contra la legalización recreativa: “Este estado comenzará a oler a marihuana en nuestras ciudades y pueblos”.

La idea de DeSantis ya quedó clara entonces. Para él, ya es suficiente con los más de 600 dispensarios que hay repartidos por el estado, desde que en 2016 se aprobara el uso terapéutico: “En todas las partes de Florida, no solo en el sur de Florida, veo tiendas de marihuana. ¿Realmente necesitamos hacer más? ¿De verdad queremos tener más marihuana en nuestras comunidades? No creo que funcione bien, es una enmienda muy, muy amplia”, dijo DeSantis.

Así que el miedo al perfume cannábico fue determinante. DeSantis consiguió convertirlo en una batalla cultural, repitiendo que la medida trastornaría la cultura de Florida y la convertiría en algo más parecido a California, Colorado o Nueva York, con el aire de sus calles contaminado por el humo del cannabis. Paul Armentano, subdirector de NORML (Organización Nacional para la Reforma de las Leyes de Marihuana), lamentó la eficacia de este mensaje tan repetido en campaña por DeSantis: “Su afirmación sobre el olor que está en todas partes y la idea de que ‘no queremos convertirnos en California’, probablemente fueron más persuasivas porque ponían el acento en la política de identidad”.

Una regulación para las grandes empresas

La marihuana recreativa seguirá siendo ilegal en Miami

Tienda de CBD, perfectamente legal, y Willie, nuestro amigo enmascarado, en una smoke shop de Miami, un día después de las elecciones.

Además del determinante miedo a que las calles de Florida olieran a porro, el republicano Ron DeSantis, hizo campaña contra la Enmienda 3 criticando que la medida hubiera sido redactada en función de los intereses de las grandes empresas de marihuana dispuestas a acaparar el mercado.  A pesar de que él como gobernador ha estado en contra de reformar la ley para dar cabida al autocultivo, utilizó que la enmienda 3 no contemplara el cultivo personal para demostrar que esta estaba hecha pensando en las grandes corporaciones.

Según Shaleen Title, “la financiación casi total de la Enmienda 3 por Trulieve planteó preocupaciones legítimas sobre la equidad del mercado y la elección del consumidor. El hecho de que la medida no incluyera disposiciones para la equidad social, el cultivo en el hogar o límites a la consolidación de la industria sugiere que los votantes están pensando críticamente no sólo si legalizar o no, sino cómo hacerlo de una manera que beneficie a los consumidores y las comunidades, no solo a las grandes corporaciones”

Esta crítica también estuvo presente entre partidarios de la legalización del uso recreativo y se ha barajado como una de las razones de la derrota. “El rechazo de Florida a la Enmienda 3 se hace eco de un mensaje similar enviado por los votantes de Ohio en 2015, cuando anularon una medida que habría otorgado derechos exclusivos de cultivo a solo 10 productores”, dijo Shaleen Title, fundadora del Parabola Center for Law and Policy, a Marijuana Moment. “En ambos casos, los votantes rechazaron propuestas que habrían creado mercados altamente concentrados favoreciendo a un pequeño número de entidades que financian el esfuerzo”.

Efectivamente, la campaña de Smart & Safe Florida a favor de la Enmienda 3 fue sobre todo financiada por el operador multiestatal de cannabis Trulieve, que había proporcionado casi 145 millones de dólares de los 153 con los que contó la campaña. Un esfuerzo financiero que ha supuesto un hito histórico en campañas prolegalización, pero que también ha sembrado suspicacias entre el electorado más consciente. Según Shaleen Title, “la financiación casi total de la Enmienda 3 por Trulieve planteó preocupaciones legítimas sobre la equidad del mercado y la elección del consumidor. El hecho de que la medida no incluyera disposiciones para la equidad social, el cultivo en el hogar o límites a la consolidación de la industria sugiere que los votantes están pensando críticamente no sólo si legalizar o no, sino cómo hacerlo de una manera que beneficie a los consumidores y las comunidades, no solo a las grandes corporaciones”.

Al margen de los análisis a posteriori, es difícil calcular cuántos votantes de los que se opusieron a la iniciativa la hubieran apoyado de haber incluido el autocultivo, la ampliación de licencias o el reparto de impuestos con criterios de equidad social. De cualquier manera, Florida habría sido el estado número 25 en sumarse a la regulación recreativa y no pueden ignorarse la experiencia que ya hay acumulada, con casos ejemplares en cuanto a justicia social como la regulación que se está implementando en Nueva York.

Recuerde: aún no es legal

Legalidad del cannabis en los Estados Unidos

Cuando se dieron a conocer los resultados, la plataforma Smart & Safe Florida publicó una declaración oficial en la que reconocían la derrota pero subrayaban el apoyo mayoritario de los votantes y su intención de seguir luchando por la legalización: “Aunque los resultados de la Enmienda 3 no superaron el umbral del 60 por ciento, estamos ansiosos por trabajar con el gobernador y los líderes legislativos que están de acuerdo con nosotros en la despenalización de la marihuana recreativa para adultos, abordando el consumo público, continuando nuestro enfoque en la seguridad de los niños, y ampliando el acceso a la marihuana segura a través del cultivo en casa”.

¿Seguirá en adelante Trulieve aportando al lobby de Smart & Safe fondos para este objetivo? ¿Conseguirán algo de un gobernador como DeSantis tan manifiestamente en contra? 

Ron DeSantis no ha reparado en gastos en su agresiva campaña contra la marihuana. De hecho, se le acusa de haber usado las instituciones estatales para lanzar sus mensajes. Un senador demócrata llegó a presentar una demanda contra él por apropiación inconstitucional de dinero público. El juez desestimó la demanda, pero quedó claro que DeSantis usó el poder que le confiere ser gobernador para una campaña partidista. También corrieron rumores acerca de la desviación a la campaña antilegalización de millones de un fondo para contrarrestar los problemas de adicción a opioides.

Lo que sí hicieron los opositores a la Enmienda 3 fue contratar a influencers de la derecha como la exabogada de Trump Jenna Ellis o el actor Kevin Sorbo para publicar críticas en las redes sociales que repetían la idea de que la reforma legal entregaría el control del mercado del cannabis a grandes empresas codiciosas y que el olor de la marihuana estaría por todas partes.

Entre los que se oponían no solo había republicanos, la excongresista demócrata de Florida Donnna Shalala, que también fue jefa del Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS) bajo el mandato del entonces presidente Bill Clinton, pidió a los votantes de Florida rechazar la iniciativa argumentando que crearía una “nueva industria de adicción con ánimo de lucro” en el estado.

La racionalidad, el sentido común y la información veraz no han sido tan determinantes en el debate como cabría esperar en las elecciones democráticas de un país tan familiarizado en la última década con el cannabis y su regulación. Tal vez Florida tenga que esperar a una regulación federal para dar el paso. 

En un smoke shop de Miami, Willie posa para la foto ataviado con una máscara-cachimba de estilo alienígena, y comenta que, aunque no sea legal, la realidad es que todo el mundo fuma marihuana en Florida. “Fumar un porro en Miami puede ser delicioso o peligroso, sea en la playa, caminando por calle 8 o simplemente en casa, pero recuerde, aún no es legal”, nos dice Willie, el enmascarado.

Este contenido se publicó originalmente en la Revista Cáñamo #324

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