Mañana 78 congresistas de Chile escogidos aleatoriamente se someterán a un análisis de consumo de droga a partir de una muestra de pelo. La prueba servirá para determinar si han consumido cannabis, cocaína, benzodiacepinas, algún tipo de anfetamina u sustancias opioides. Se trata de una iniciativa impulsada por la derecha parlamentaria con el objetivo manifiesto de detectar posibles vínculos de los parlamentarios con el narcotráfico.
“Si hay parlamentarios que consumen drogas es porque compran drogas, y si compran drogas, pueden ser extorsionados por quienes se las proveen”, dijo el diputado Juan Antonio Coloma, del partido Unión Demócrata Independiente (UDI), durante el debate previo a la votación de la iniciativa. La medida ha sido muy polémica y lleva varios años siendo debatida, pero no consiguió aprobarse hasta el mes pasado. A pesar de que la mayoría de personas que usan drogas ilegales no están vinculadas con el narcotráfico, el UDI ha conseguido imponer la idea de que si la medida se rechazaba era porque sus detractores quieren esconder posibles relaciones con el narco.
La medida está pensada para que cada seis meses se realice un análisis de drogas sobre el pelo a 77 o 78 diputados aleatorios, de modo que cada año se realicen pruebas a cada uno de los 155 parlamentarios. Si un diputado da positivo entonces su nombre se hará público y se revisarán sus cuentas bancarias (que habrá autorizado previamente) para buscar si hay transferencias de más de 28.000 euros sin justificar. Los parlamentarios podrán avisar de que consumen alguna sustancia por motivos médicos antes del examen, para evitar que se active el protocolo si dan positivo.
El anuncio del primer test ha generado varias reacciones, pero la más llamativa ha sido la del diputado de Revolución Democrática Jaime Sáez, quien después de haber salido elegido ha confirmado que es consumidor de cannabis por motivos recreativos. El diputado expresó que su partido propuso abrir directamente las cuentas de todos los parlamentarios del Congreso en un ejercicio de transparencia, pero la medida fue rechazada por el partido impulsor de la iniciativa de los tests.
“Quienes impulsaron el test, lo hicieron bajo la premisa del combate al narcotráfico y la corrupción, pero en mi opinión es un absurdo que tiene mucho más de pirotecnia propagandística que de ejercicio real de transparencia", dijo Sáez en declaraciones para El Dinamo. “Espero que después de este show mediático luego venga un debate de fondo que nos permita regular el uso que se le da al cannabis en Chile. Aproximadamente cinco millones de chilenos consumimos. No somos adictos, ni enfermos mentales, ni delincuentes”, declaró a El País el diputado Sáez.