El anuncio de la captura, coordinada con oficinas de Interpol en Colombia, Ecuador y Albania, se conoció a inicios de septiembre de 2025. De acuerdo con los reportes, Rosales era investigado por integrar una estructura transnacional y estaría señalado de cargos de tráfico ilícito de estupefacientes y pertenencia a organización criminal en Albania.
Los indicios divulgados por las autoridades apuntan a que “El Químico” encabezaba equipos técnicos capaces de separar la cocaína incorporada a materiales o productos lícitos. Este procedimiento, conocido como “extracción secundaria”, ha sido documentado y consiste en impregnar o incorporar el alcaloide a fertilizantes, carbón, plásticos o líquidos para reducir el riesgo de detección durante el transporte para luego recuperar la sustancia en laboratorios especializados una vez que el envío arriba a su destino. Este tipo de operaciones requiere personal con formación en química, equipamiento específico y ha dado lugar al hallazgo de laboratorios de procesamiento en distintos países europeos.
Según los reportes de prensa, Rosales habría utilizado empresas fachada y rutas marítimas desde el puerto colombiano de Buenaventura con destinos finales en Grecia y Montenegro. El caso confirma la creciente interconexión entre redes latinoamericanas y grupos con base en los Balcanes para gestionar logística, extracción y distribución de cocaína en la Unión Europea.
Este fenómeno se inscribe en un mercado europeo de cocaína donde la disponibilidad se mantiene alta y los métodos de tráfico se diversifican. Informes recientes de la agencia europea de drogas señalan que, además de la entrada por grandes puertos, proliferan modelos de tercerización técnica y una cooperación flexible entre redes que aprovechan cadenas logísticas legales. Paralelamente, organismos internacionales advierten que la producción de cocaína se encuentra en niveles récord y que el eje transatlántico entre América del Sur, África Occidental y Europa sigue adaptándose a la presión policial con innovaciones logísticas.
Pero más allá del golpe policial, el caso ilumina un punto ciego de las políticas centradas exclusivamente en la represión, porque -independiente- de lo restrictiva que sean, siempre surgen técnicas más sofisticadas de ocultamiento y procesamiento, desplazando los riesgos asociados hacia nuevos territorios y aumentando la implicación de perfiles técnicos como el de “El Químico” que complejiza y hacen aún más riesgoso el mercado negro.