Un análisis de las aguas residuales municipales de 104 ciudades europeas ha revelado un aumento generalizado del consumo de cocaína y metanfetamina y ha puesto a España en uno de los primeros puestos en consumo de cocaína y ketamina. Las ciudades españolas incluidas en el estudio han sido Barcelona, Tarragona, Lleida, Santiago, Valencia y Castellón, aunque no en todas se han realizado los mismos análisis.
Los datos han sido recogidos de forma selectiva en unas pocas ciudades a lo largo de una única semana. El municipio que más concentración de cocaína ha registrado en sus aguas residuales ha sido Amberes, en Bélgica, ciudad que tiene el segundo puerto más importante del norte de Europa, por donde cada año entran cantidades ingentes de cocaína.
La segunda ciudad en la lista con mayor concentración de cocaína en sus aguas ha sido Tarragona, un segundo puesto que no tiene fácil explicación, aunque la presencia de un importante puerto comercial podría tener que ver. Sin embargo, la alta concentración detectada también puede deberse a un pico circunstancial, que podría no haberse registrado si las mediciones se hubiesen realizado a lo largo de más tiempo.
Por primera vez en la historia de estos análisis, que el Observatorio Europeo de las Drogas y las Toxicomanías realiza desde 2011, se ha buscado restos de ketamina en las aguas de una veintena de ciudades. Para esta droga Barcelona ha resultado ser la ciudad con una mayor concentración en sus aguas.
Por supuesto, entre todas las drogas analizadas el cannabis ha sido la que mayor presencia ha registrado en las aguas. Por lo general, las mayores concentraciones de cocaína se han dado en los países ubicados en el sur y el oeste del continente, mientras que las mayores concentraciones de metanfetamina se ubican en los países más hacia el este y el norte.