Estos proyectos fueron aprobados este pasado julio por la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS), que depende del Ministerio de Sanidad. El Instituto de Investigación y Tecnología Agroalimentarias (IRTA), adscrito al Departamento de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentación de Cataluña, y la Unidad Científica de Innovación Empresarial Ars Innovatio de la Agencia Valenciana de Innovación son las dos instituciones que iniciaron estos proyectos. El primero se centrará en la obtención de variedades de cannabinoides para la industria farmacéutica y el segundo estudiará la aplicación de la tecnología digital para mejorar y garantizar la trazabilidad de los cultivos de esta planta.
El IRTA desarrolla unas herramientas para mejorar la genética de plantas de cannabis en colaboración con el Centro de Investigación en Genómica Agraria (CRAG), un consorcio formado por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas y las universidades Autónoma y de Barcelona, y con el apoyo de la empresa estadounidense Front Range Biosciences (FRB). El fin es la creación de marcadores moleculares para mejorar las variedades.
La intención del IRTA es producir cruces selectivos de las variedades para mejorarlas, de modo que “expresen diversos perfiles de cannabinoides demandados por la industria farmacéutica y que, desde el punto de vista agronómico, sean resistentes a plagas y enfermedades”, dice su comunicado.
Eliecer López, director de Relaciones Internacionales de IRTA, ha mostrado cierta incomodidad en el escrito debido a que considera que este sector es “como cualquier otro” y, debido a las restricciones legales para su cultivo, no se han podido avanzar en las investigaciones todo lo que se hubiera deseado.
Por otra parte, el proyecto de investigación con cannabis que financia la Generalitat de la Comunidad Valenciana a través de su Agencia de Innovación se enmarca en el campo de los programas de agricultura de precisión que desarrolla la UCIE Ars Innovatio, de la que forma parte la Universidad de Alicante. El objetivo es aplicar nuevas tecnologías para optimizar los procesos de producción y mejorar su fiabilidad, según comenta su director general y catedrático del departamento de Tecnología Informática y Computación, Juan Manuel García Chamizo.
Lo que pretende este proyecto es implantar un sistema que permita la trazabilidad del producto durante todo el proceso de producción del cannabis: desde la semilla hasta la cosecha. De esta manera se podrá conocer con total seguridad cuál fue su camino tal y como se hace en otro sectores que tienen que ver con la alimentación. Permitirá una mayor seguridad jurídica acerca de su producción que impida fraudes o ambigüedades en los datos aportados por los productores.
Desde la Federación de Asociaciones de Cannabis de Catalunya (CATFAC) se valora positivamente la labor que se está realizando con el proyecto de IRTA y la implicación de la Generalitat. Sin embargo, Eric Asensio, portavoz de CATFAC, considera que las iniciativas de las administraciones públicas no se deben quedar solo en el ámbito investigador y terapéutico y deben alcanzar otros campos, como el del uso lúdico del cannabis, que se encuentra mucho más extendido en España que el medicinal.
Fuente: Público