¿Cómo hablarle a tu familia sobre el cannabis?
¡Ah, la familia! No se puede vivir con ella pero tampoco sin ella. ¿Qué hacemos para soportarlos y que entiendan que ser un fumeta no es ser un loco?
¡Ah, la familia! No se puede vivir con ella pero tampoco sin ella. ¿Qué hacemos para soportarlos y que entiendan que ser un fumeta no es ser un loco?
Pese a que la mentalidad general va cambiando mucha gente (demasiada) asocia el cannabis con todo lo malo que una sociedad puede dar, pasando por la locura, el asesinato, la pereza y seguro que veinte o treinta pecados mortales más.
Sabemos que esto no es así pero… ¿cómo hacer que tu familia también lo sepa? Pues al igual que otras cuestiones espinosas es mejor salir del armario y hablarlo claramente que andar escondiéndose.
Amigo o amiga, no estáis solos: eso es lo primero a tener en la mente. Además, la opinión pública (según el país, claro) está girando hacia una postura más comprensiva e inclusiva de la marihuana.
Lo peor es que aún quedan muchos mitos por derribar. En este caso, para que tu familia se entere de que no estás siendo un demonio por darle a la mandanga, tira de ciencia que suele ser lo más aceptado como autoridad sin paliativos. Por ejemplo, puedes hablar de los beneficios del cannabis o de cómo es la sustancia menos peligrosa en cuanto a drogas (pero cuidado, tendrías que añadir que la menos peligrosa es el hongo alucinógeno, pero ahí a lo mejor sí te metes en un jardín que no quieres pisar).
Además, no tienes porque estar fumando cannabis, ya sabes que entre aceites, tinturas, comestibles, vapeadores y demás las formas de consumo son múltiples y variadas. Lo creáis o no estas formas también ayudan a la normalización del cannabis.
Sí aún así no encuentras argumentos recurre a que dan mucho dinero a la economía del país: a tu cuñado le encantará esto.
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