Desde las últimas elecciones españolas, Isabel Díaz Ayuso mantiene una constante radicalización en su política. Ante las consecutivas derrotas del Partido Popular a nivel nacional, la presidenta de la Comunidad de Madrid busca ser la referente del conservadurismo en el país. Para lograrlo se acomoda al ascenso de la ultraderecha internacional junto a los perfiles más reaccionarios del planeta, como Javier Milei, en Argentina, o Giorgia Meloni, en Italia. También confronta permanentemente a la ministra de Sanidad, Mónica García, y lleva adelante políticas concretas. Una de las más importantes es la cruzada personal que tiene hacia la cultura del cannabis. Pero los usos de los derivados de la planta están lejos de ser el principal problema de los ciudadanos de la capital. Solo funcionan para aumentar su retórica prohibicionista y las ambiciones de poder en un contexto del ascenso del fascismo mundial. Los datos matan su relato.
La última Encuesta sobre alcohol y otras drogas (Edades), elaborada por la cartera sanitaria, sostiene que el uso de cannabis en el último año es el mismo que el de los hipnosedantes, un 12,6% y 12%, respectivamente. Pero la gestión de Ayuso no implementa políticas de prevención para estos fármacos. Además, las mencionadas sustancias están lejos de las mayores sustancias consumidas que son el alcohol y el tabaco. Este mismo estudio refleja que el consumo problemático de cannabis en 2024 fue del 1,4%.
Mientras que el Informe Anual del Plan Nacional sobre Drogas confirma que la mortalidad asociada al consumo de sustancias "las sustancias más presentes en los análisis toxicológicos realizados son las benzodiacepinas, y tras ellas la heroína y la cocaína". Estas drogas tampoco tienen la demonización de la marihuana, a pesar de ser un problema concreto de la ciudadanía.
Según datos oficiales, el número de urgencias hospitalarias en Madrid relacionado al uso de sustancia tampoco refleja que el uso de cannabis sea el mayor problema. Los hipnosedantes representaron el 32,32% de los casos y fueron seguidos por los estimulantes con el 31,43%. La marihuana se encuentra en el tercer lugar con el 19,68%.
