Una operación de la Guardia Civil ha intervenido a una empresa dedicada al cultivo de cáñamo industrial y la producción y venta de productos de CBD. La intervención se ha desarrollado en las provincias de Barcelona, Almería y Córdoba y ha concluido con 11 registros domiciliarios, cinco personas detenidas —acusadas de producir y vender sustancias estupefacientes— y la incautación de 107.738 plantas de cannabis y varios kilos de cogollos y hachís elaborado con las plantas de cáñamo.
La operación y la denuncia de los delitos se basan en la interpretación legal que hace la Fiscalía de los cultivos de cáñamo. Según la Fiscalía, el cultivo de cáñamo industrial sólo es legal si está destinado a la producción de fibras y semillas, pero no se pueden cosechar, utilizar ni vender los cogollos de la planta por separado. Esta interpretación legal que aplica la Fiscalía ha sido discutida en varios juicios y en más de un caso los jueces han dado la razón a los cultivadores y empresas de CBD. En estos casos se ha aplicado el criterio de la Comisión Europea, que considera que el CBD no es un narcótico y que las plantas de cáñamo industrial y todas sus partes son legales siempre que no tengan más del 0,2% de THC.
Según la nota de prensa de la policía, la operación se inició durante una inspección de la Guardia Civil a la finca del cultivo en Almería. Allí los agentes observaron que la producción no estaba destinada a los usos industriales restringidos que contempla la Fiscalía. En aquel momento se intervinieron más de 64.000 plantas y condujo a los agentes hacia una empresa barcelonesa de venta de cogollos de cáñamo industrial y productos de CBD. Más tarde también se intervino una nave y otras plantaciones vinculadas a la misma empresa en la provincia de Córdoba.
En total se han intervenido 107.738 plantas de cannabis, 10.300 esquejes de cannabis, 498 kilogramos de picadura de cannabis, 908 kilos de cogollos de cannabis, 620 gramos de hachís, 2779 productos CBD y 1447 envases con cogollos preparados para su venta.