A finales de 2022, una persona que ingresó a España mediante el Aeropuerto de Barajas, en Madrid, fue interceptada por las fuerzas de seguridad porque trasladaba alrededor de 40 kilos de ayahuasca. Se trataba de John Alexander Castaño Rincón, un chamán que iba a oficiar una ceremonia con plantas alucinógenas privada en el país. Si bien el acusado del delito contra la salud pública no estuvo en prisión, la Justicia le confiscó el material vegetal. Ahora, la última novedad del caso es que no solamente se dispuso su archivo. Además, se ordenó que se devuelva la sustancia de uso ancestral entre las comunidades indígenas de Latinoamérica.
Días atrás, el Juzgado de Instrucción n°36 de Madrid resolvió que, finalmente, el delito contra la salud púbica que pesaba sobre el acusado de organizar la ceremonia con plantas alucinógenas sea archivado y ordenó la devolución del material secuestrado por la Policía Nacional. “La ayahuasca es una sustancia no fiscalizable y no se puede considerar droga a los efectos del derecho penal. Por lo tanto, el procedimiento de instrucción de las sustancias aprehendidas para el caso de drogas no se le puede aplicar y hay que devolverlo”, dijo el abogado defensor Òscar Palet Santandreu, en diálogo con Cáñamo.
El abogado cuenta que, desde que inició la causa, hace casi dos años, la ayahuasca confiscada por la policía estuvo guardada en un laboratorio oficial. Él explica que, en el momento del operativo, las fuerzas de seguridad hicieron una primera prueba química sobre la sustancia donde se alertó la presencia de DMT, principal componente activo del brebaje de la ayahuasca, y se inició la causa penal. “Pero en España, el DMT ilegal es el sintético y no el que está presente de forma natural en las plantas”, dice Santandreu. Por este motivo, la Justicia archivó el caso y se ordenó la devolución del material vegetal.
Por último, Santandreu cuenta que las ceremonias chamánicas donde se utilizan plantas alucinógenas como la ayahuasca es un fenómeno que está en pleno crecimiento en España. Sin embargo, él también dice que las autoridades de seguridad están empeñadas en perseguir esta práctica y las catalogan como “sectas”. “El término secta no es legal y nadie puede ser procesado por sus creencias religiosas”, sostiene el abogado sobre la campaña de difamación que se realizó en diferentes medios contra las acusados.
Santandreu menciona que el gobierno español tiene un Plan Nacional contra Sectas Peligrosas, que fue lanzado meses atrás. “Tienen cierto foco con los grupos de ayahuasca”, asegura. De todos modos, el abogado dice que “los grupos chamánicos o los vínculos con indígenas americanos no es ilegal ni las sustancias que se consumen. Es más bien un juicio y moral, que penal. Por eso se archivan los casos”, cuenta Santandreu, quien se dedica a defender a los acusados de organizar rituales con el uso de plantas alucinógenas.