El pasado viernes más de cincuenta agentes irrumpieron en un encuentro privado dedicado a la meditación y las plantas tradicionales chamánicas celebrado en Tuilla, un pueblo asturiano de 1500 habitantes. La policía llegó por la tarde a la casa en la que había unas 25 personas reunidas y se pasó seis horas registrando la vivienda, llevándose al fin a cuatro personas detenidas, entre ellas a la persona encargada de dirigir el encuentro, a quien la policía encontró en posesión de ayahuasca, según los detalles publicados por El Comercio.
Los cuatro detenidos fueron puestos en libertad después de declarar, tres de ellos sin cargos. Tan solo la persona encargada de dirigir el encuentro, de origen sueco, ha recibido cargos por posesión de sustancias estupefacientes y el juez encargado del caso le ha retirado el pasaporte. El operativo policial, que movilizó unos siete furgones y casi setenta agentes según las declaraciones de los asistentes al encuentro y de los habitantes del pueblo, estaba dirigida dirigida desde la Unidad Central de Estupefacientes de Madrid, teniendo como objetivo intervenir en lo que pensaron sería alguna actividad relacionada con el tráfico de drogas.
Según los detalles publicados en el reportaje de El Comercio, el detenido era conocedor del uso de plantas medicinales de la Amazonía y estaba especializado en su uso siguiendo la tradición del pueblo indígena arhuaco. No está claro qué otras plantas portaba el detenido, ni si alguna de ellas podría acarrear algún problema por la legislación vigente en materia de estupefacientes, pues para el caso de la ayahuasca, ni las plantas utilizadas para su elaboración ni la bebida resultante están fiscalizadas, y en España los jueces archivan los casos relacionados con su uso, tenencia o transporte. Aunque algunos medios se han referido al suceso con titulares que hablan de una “secta de setas”, no hay ninguna información adicional que mencione la incautación de setas durante el operativo, ni ningún detalle que permita afirmar que la reunión tenía un carácter sectario.
La actuación policial, que dejó perplejos a los habitantes del pequeño pueblo y a los asistentes al encuentro, plantea varias cuestiones. “La ayahuasca no es una sustancia fiscalizada como droga por los convenios internacionales según la JIFE”, ha explicado a Cáñamo el abogado Pedro Caldentey, quien ha participado en la defensa de casos relacionados con el uso de esta y otras plantas psicoactivas. Este abogado también apunta que incluso en el caso de que las personas estuvieran consumiendo una sustancia fiscalizada, la situación podría encajar en la doctrina del consumo compartido y por tanto no tener la consideración penal de delito, según ha establecido la jurisprudencia en casos similares. “También cabría ver en qué condiciones accedieron los agentes al domicilio, porque la policía no puede entrar en un domicilio si no es por delito flagrante, si no dispone de autorización judicial o si no le da consentimiento expreso o tácito el morador”, añade Caldentey.