Según ha publicado El País, la operación se inició después de que la policía interceptase varios paquetes enviados desde Málaga con destino a Italia, que contenían entre 10 y 20 kilos de cannabis. La investigación policial condujo a la detección de varias casas y naves industriales propiedad de la organización en las que se plantaba cannabis y en las que vivían varios vigilantes, que permanecían las 24 horas del día en el interior de las naves supervisando la plantación.
En el último año la policía ha desmantelado otras organizaciones de origen chino similares, en las que se obligaba como en esta a los trabajadores a cuidar de las plantas sin apenas libertad y en condiciones de mala salubridad. Como en la mayoría de plantaciones de cannabis la luz estaba pinchada a la red eléctrica de forma ilegal, pero en este caso la policía encontró una estrategia novedosa: el empalme a la red eléctrica se había llevado a cabo bajo tierra, a través de la excavación de un túnel.
Los detenidos se enfrentan a los delitos de pertenencia a grupo criminal, tráfico de drogas, defraudación de fluido eléctrico, falsificación de documentos, robo con violencia e intimidación y robo con fuerza.