La edad no es un impedimento para el emprendimiento, la pericia ni la comisión de delitos. Si no, que se lo digan a la señora de 73 años que fue detenida por la Guardia Civil hace unas pocas semanas en la localidad de Hormigos (Toledo) como presunta autora de un delito contra la salud pública y otro de defraudación del fluido eléctrico. Según la policía, la señora estaba al cargo de un cultivo de interior con 552 plantas de marihuana en una vivienda del municipio con un sistema bien preparado y optimizado.
Los detalles recogidos por el diario 20 Minutos apuntan que la detención de la señora septuagenaria se produjo dentro de la operación Four Line, iniciada por la Guardia Civil unas semanas antes por la sospecha de que hubiera una gran plantación de cannabis en la localidad. Fueron varios los indicios que condujeron a la policía hasta el domicilio donde se encontraba la plantación. Primero se confirmó la presencia de un enganche ilegal a la red eléctrica, luego se detectaron ruidos procedentes del interior de la casa que podían proceder de maquinaria habitual de los cultivos, como extractores y ventiladores. Por último se observó la presencia de cámaras de vigilancia en el exterior.
La Guardia Civil realizó un registro del domicilio y en él encontró la plantación de marihuana con las 552 plantas en avanzado estado de floración. Según la policía las plantas arrojaron un peso de 92,5 kilos, una cantidad que podría corresponderse con algo más que los cogollos de la planta (la parte ilegal según los convenios internacionales), ya que es habitual que se pesen también otras partes como las hojas, los tallos o incluso las raíces. Tras el registro se detuvo a la mujer de 73 años como presunta autora de ambos delitos.