Una empresa de México con capitales nacionales pretende ser la primera del país en producir bioplásticos a partir del cáñamo. Se trata de Canamich, una cooperativa ubicada en la ciudad de Morelia, en Michoacán, que lanzó un plan industrial desde el cultivo de las plantas.
Según contó el Presidente de Canamich, Pablo Luna, las plantas de cáñamo que se cultiven no llegarán al estado de floración, sino que serán cosechadas antes. “Nosotros nada más queremos el tallo y la fibra”, le dijo Luna al medio local Quadratín. “Ya estamos trabajando con una iniciativa privada para generar plásticos porque en esta industria, que tiene su propia legislación, un porcentaje de sus materias primas tienen que ser fibras naturales”, adelantó.
Canamich es una cooperativa que se fundó en el año 2020 y funciona bajo el escaso marco jurídico que le permite la actual legislación mexicana a la industria del cannabis. Hace tres años que el país azteca demora en el Parlamento una regulación integral, mientras que la Justifica ya ha fallado a favor de cinco usuarios y le ha exigido a los diputados y diputadas que avancen en una legislación para terminar con la prohibición de la planta. Sin embargo, las autoridades políticas aún no se han puesto de acuerdo. Lo que sí ha sucedido es que la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (COFEPRIS) entregó licencias de producción de cannabis siempre y cuando tengan menos de 1% de THC, luego de un fallo de la Suprema Corte de Justicia a favor de Xebra Brands Ltd. Esta compañía de capitales canadienses había solicitado en 2017 un permiso para producir cáñamo que, en primera instancia, fue rechazado por la COFEPRIS. La empresa extranjera recurrió al máximo tribunal, quien determinó que no se podía violar el derecho constitucional a la libertad del trabajo.
Desde el fallo de la Suprema Corte se han entregado otras licencias para la industria del cáñamo en los rubros de la construcción de casas y la alimentación. La cooperativa Canamich es una de las que comercializa infusiones a base de CBD, como una línea de café y otra de té. Ahora, en Morelia tendrán su propio cultivo para proveer las fibras de la planta y crear plásticos más amigables con el ecosistema. “Ya tenemos con quién hacerlo. No vamos a experimentar a ver qué nos sale, sino que ya hay una industria que requiere este tipo de fibras para los temas del medio ambiente principalmente”, aseguró Luna.