Dejemos claro, antes de nada, que esto no es una lección de historia y que, posiblemente haya más de una incorrección. Aquí le seguimos la pista a opiniones populares que están más o menos fundadas. Sabemos que el uso del cannabis era bastante popular entre las personas que se dedicaban a leer el futuro, así como el uso de otras sustancias psicoactivas. Esto no significa que se liaban un canuto y recibían a las visitas como un rastafari. Por lo general, el cannabis era quemado como si fuese otra planta más en los recipientes para ambientar la sala. En ocasiones sí se consumía como lo conocemos ahora, pero las visiones místicas siempre se han asociado a psicoactivos más potentes. Entre estas cuatro místicas hay un pcoo de todo
Oráculo de Delfos (entre el 700 antes de nuestra era y el 300 de nuestra era)
Si uno quería saber qué le iba a pasar en el 400 antes de Cristo no lo buscaba en Google ni podía leerle la enciclopedia Espasa. Lo habitual era ir hasta Delfos, en Grecia, y atender a los crípticos consejos del oráculo.
La Pitia, llamada así porque era capaz de comunicarse con Apolo, el cual se le relaciona con el Sol pero también porque Apolo era conocido como el “asesino de serpientes”, estaba al cargo de un templo repleto de personas que daban salida a los deseos de conocer el futuro y conocerse a sí mismos de los que iba de visita. Desde el mito de Edipo hasta el filósofo Sócrates, las historias del oráculo son especialemtne famosas. Los griegos iba hasta allí para adelantar qué les traería el porvenir.
Al prepararse para dar su visión, los historiadores de la antigüedad describen a la Pitia mascando hojas de laurel, inhalando el humo de una variedad de plantas y sentada en una roca cerca de un abismo mientras aspira los vapores. Después te daba un mensaje poco claro que uno debía interpretar.
El caso es que los historiadores creen que entre las plantas que quemaba estaría el cannabis junto a otras más mundanas como el laurel. Otros creen que nada de cannabis, sino que se trataba de opio. Por supuesto, son elucubraciones porque no hay rastro ni registro de qué tipo de plantas utilizaban. Ahora bien, se cree que podría ser cannabis porque el cannabis se utilizaba en otros ritos.
Hildegarda de Bingen (1098-1179)
Hildegarda de Bingen fue una conocida monja que también ejercía como médico, erudita y abadesa en lo que ahora llamamos Alemania. Algo totalmente excepcional si se piensa en la condición de la mujer en la Edad Media. Por otra parte, también es cierto que estas situaciones se daban mucho más de lo que uno piensa durante la Edad Media. Aún con estas, ser abadesa era algo bastante excepcional.
En uno de sus muchos trabajos escritos sobre teología, escribió sobre una “energía verde” que fluye a través de todas las criaturas, llenándolas de vida y divinidad. No se trata del poder verde que mueve a la Cosa del Pantano, sino algo relacionado con Dios y la divinidad que fluye por toda la Creación. También tuvo acceso al conocimiento germánico del cáñamo, utilizado por sus predecesores paganos tanto en rituales como en materiales.
En sus textos llamados Physica, escribió que el cannabis puede causar dolor de cabeza a los hombres con el cerebro vacío, "pero no daña la cabeza sana ni el cerebro lleno". Con su propio jardín medicinal en la abadía, se especula que Hildegarda alcanzó sus momentos de “iluminación” gracias al cannabis. La “energía verde” será el nombre que se le dio al cannabis durante los años setenta al cannabis en Alemania. Hildergarda vive, la lucha sigue.
Juana de Arco (1412-1431)
La Doncella de Orleans es el ejemplo que siempre se utiliza de mística por excelencia. Una campesina que comienza a oír voces a los 13 años, que luego logra congregar a todo un ejército a su alrededor y que finalmente gana la guerra contra los ingleses para su rey de Francia, al que tenía total veneración. Después, la Iglesia de Francia no se sentía cómoda con una mujer que decía comunicarse con Dios y la quemaron viva. Así se las gastaba la Iglesia y los señoros. Por supuesto, el rey Carlos IV, al que le consiguió el país, se lavó las manos, no vaya a ser que se metiera en problemas por una plebeya.
Aunque la opinión generalizada es que Juana de Arco tenía algún problema mental y de ahí lo de escuchar voces, tal vez algún tipo de esquizofrenia, también se especula con que pudiera usar algún tipo de psicodélico. Esto explicaría lo que se dice de ella sobre su claridad mental en el campo de batalla. Los monjes que la juzgaron, sin embargo, pusieron el dedo en los rituales que Juana hacía junto a los árboles, y que ellos consideraban paganos. Es probable que fuese ahí cuando la Doncella de Orleans utilizara algún tipo de droga. En cualquier caso, ya sabéis cómo funcionaba esto por aquel entonces, una mujer haciendo algo raro por su cuenta: brujería y a la hoguera.
Helena Petrovna Blavatsky (1831-1891)
Conocida también como Madame Blavatsky, esta mujer fue una famosa médium rusa durante la época de la explosión del espiritismo en Europa. Descendiente de la aristocracia rusa, Blavatsky abandonó a su marido y huyó a Constantinopla.
En uno de sus textos afirmó haber fumado hachís con la Hermandad Mística Universal de El Cairo y visitado varios lugares místicos en todo el mundo, como Nueva Orleans, rica en vudú, antiguos sitios incas en América del Sur, los templos del Tíbet y lugares espirituales. centros de la India. Vamos, el pack completo del flipado de lo paranormal.
En 1875 fundó la conocida Sociedad Teosófica que aún funciona. Además inició la publicación Isis Unveiled, que todavía se imprime pese a llevar la palabra “Isis” en el título. Su libro más conocido es La Doctrina Secreta.
Ella admitió que fumaba más de 100 cigarrillos al día (¿?), y se asume ampliamente que continuó con el hábito del hachís y el opio adquirido a lo largo de sus viajes, aunque la Sociedad Teosófica de hoy niega cualquier uso de drogas. “Mis pensamientos más preciados me vienen en mis horas de fumar”, le dijo a un amigo. “Me siento ascendida de la tierra. Cierro los ojos y floto sin parar, en cualquier lugar o en el momento que desee”.
Fuente: Leafly