Desde 2023 una línea experimental en el taller SpurArt utiliza el cáñamo como una alternativa técnica en esquís alpinos. Presentado en 2024, el proyecto refleja una tendencia en el deporte invernal por reducir el uso de materiales con alto impacto en el medio ambiente.

La innovación se centra en reemplazar las capas reforzadas por cintas unidireccionales de fibra de cáñamo y en integrar cañamiza (parte leñosa del tallo) en el núcleo. Estas fibras, aunque presentan desafíos en el proceso de laminado, como la absorción de resinas, ofrecen ventajas en salud laboral y producción local, lo que le permite a SpurArt colaborar con proveedores regionales y con FUSE, fabricante de cintas UD para biocomposites de alto rendimiento.

Hanf Ski forma parte de un consorcio austríaco que incluye a la Universidad de Innsbruck, el centro tecnológico Wood K plus, la marca Atomic y varios actores de la bioindustria. Su hoja de ruta contempla sustituir composites sintéticos por cáñamo, con resinas bio‑basadas e incluso utilizar residuos como base para núcleos.

Según su constructor, Simon Mayenschein, la combinación de fresno y cáñamo aporta “calma” al esquí en condiciones exigentes, sin sacrificar reactividad y, si bien quedan pasos por resolver, como sustituir por completo los adhesivos sintéticos, el objetivo final es obtener una pieza reciclable o incluso biodegradable, sin comprometer el rendimiento.

Esta no es una experiencia aislada, marcas y laboratorios exploran materiales como el cáñamo para bastones, fijaciones o accesorios, dentro de una agenda de bioeconomía circular. La lógica es clara y apunta a menos materiales, cadenas de suministro más cercanas y un camino hacia la descarbonización del equipamiento de montaña.