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¿“Brethalizer”, el “alcoholímetro” para el cannabis, expiró?

Hace un tiempo informamos sobre cómo un abogado y un médico habían patentado un “alcoholímetro” para el cannabis (“brethalizer”). La empresa era Hound Labs y el Hound era el dispositivo para el aliento. Sin embargo, este análisis del aliento en busca de cannabis está muy lejos de ser una realidad.

Hace un tiempo informamos sobre cómo un abogado y un médico habían patentado un “alcoholímetro” para el cannabis (“brethalizer”). La empresa era Hound Labs y el Hound era el dispositivo para el aliento. 

Supuestamente era capaz de detectar la cantidad de THC en sangre de una forma muy parecida a cómo funciona un alcoholímetro. Las diferentes policías de EE.UU estaba interesada el artefacto, por motivos evidentes. 

Sin embargo, este análisis del aliento en busca de cannabis está muy lejos de ser una realidad. Pese a que muchas empresas están invirtiendo en un producto que permita el control en carretera (y más ahora con la ola de legalización que parece que va a llegar) la efectividad de estos productos está lejos de ser adecuada. Millones en investigación paralela queda por gastar para comprobar que todos estos cacharros funcionan bien y son tan precisos como un alcoholímetro. 

Pese a que de Hound se decía que era bastante bueno para esta tarea de identificación está muy lejos de estar contrastada su efectividad. 

“Lo bueno de EE.UU es que si hay una manera de ganar un dólar puedes apostar que vas a tener una fila alrededor del bloque para hacer la que será la mejor y más moderna trampa para ratones. Es lo que pasa con los test de cannabis. Aliento, bucal, fluidos, saliva, todos compiten por ser el modelo más sencillo y mejor”, dice Nick Morrow, sheriff retirado del condado de Los Ángeles. “Tal vez ninguno de estos dispositivos están para ser utilizados ya mismo, pero todo el mundo quiere tener las patentes. Si hablamos de que todos quieren algo que funcione, los que lo defienden y los que no están de acuerdo, pero la ciencia está bastante lejos de pensar igual que ellos.” 

El CEO de Hound Mike Lynn, por otra parte, dice que los test de terceras partes están por llegar en un par de meses. Por lo que viene a decirnos que su dispositivo es fiable y va a tener el apoyo de la comunidad científica. Incluso funciona en condiciones extremas de temperatura. Sin embargo, estamos obviando la mayor aquí: ¿Cuáles son los criterios de tolerancia que Hound aplica? y ¿dónde ha dicho la ciencia que es un impedimento el fumar cannabis y conducir? En otras palabras, si no se ha resuelto el dilema de cuánto THC es tolerable para una conducción segura, ¿cómo podemos tener dispositivos que actúen de manera correcta? 

En palabras de el director de la Asociación Automovilística Americana Marshall Doney “Simplemente no es posible a día de hoy determinar si un conductor está impedido para conducir basándonos exclusivamente en la cantidad de droga en su cuerpo.” 

En el caso del alcohol la cosa es más clara, y no es tanto porque conozcamos cuál es la cantidad exacta, sino porque el alcohol produce efectos de sobreconfianza en las habilidades al volante, lo cual es tremendamente peligroso. Sin embargo, el THC no produce ese efecto, más bien el contrario. Muchos conductores prefieren no pillar el volante si han fumado. Según informan algunas pruebas en circuito cerrado algunos “intoxicados” con THC han mejorado su rendimiento al volante, precisamente, porque sabían que estaban con un cuelgue. 

Un estudio plantea que el conductor sobrio tiene 1 sobre 10 posibilidades de accidente, el colocado de cannabis un 2 sobre 10 y el borracho un 7 sobre 10. 

En fin, muchos problemas y una solución lejana que difícilmente se va a poder resolver con el “brethalizer” de Hound.

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